El Sáhara, pese a nuestra proximidad, no es mucho más desconocido que el Sahel. El turismo solidario-combatiente y el activismo de lejanía con la RASD solo aportan muy superficiales conocimientos. Proponen una causa focalizada, imponen la visión petrificada, no la población (tribus, por ejemplo) ni la cultura.

Del Mediterráneo al Sahel se da cierta continuidad en las bases culturales y religiosas, un parentesco que llega al Senegal. La religión de la región es el islam suní, pero con muchas particularidades locales que la hacen muy interesante. El sunismo, a diferencia del chiismo, confía la función religiosa al cuerpo de los ulemas, sin la sujeción a una autoridad máxima (imán) de la estirpe del Profeta. En esta descendencia directa del Profeta ha visto el prestigioso historiador marroquí Abdallah Laroui un elemento chií importante. La genealogía jerifiana de las dinastías saadí y alauí (la actual: 350 años) hace del rey de Marruecos el "Comendador de los creyentes", es decir, autoridad religiosa que respeta también el islam político, y que con la "B''eia" establece un pacto de lealtad.

Descendientes del Profeta también son las tribus chorfas del antiguo Sáhara español: las tribus Ulad Bu Sbaa, Ulad Delim?

Ocurre que el sunismo del Magreb tiene otras particularidades y no menores. Hay elementos preislámicos como son la brujería, mal de ojo, la existencia de seres no corporales como los "znun" (que aparecen en el Corán), pero sobre todo los zuaia, morabitos, culto a santones y reliquias. Lo que en el Sahel y linde tropical alcanzan mayores cotas. Sobre esta base se engastó el sufismo, básicamente una mística (la musulmana) constituida en piedad colectiva y organizada en cofradías otariqa. No es suficiente la sharía, el legalismo con férrea imposición, para el sufismo la vivencia personal del Corán es decisiva, siguen un Corán talismánico, exigiéndose para ello un periodo de iniciación.

Un factor clave para configurar este islam es la conexión del morabito y el sufismo, que conforman una religiosidad popular propia. Esta forma del islam, que en su esencia comparte el Magreb, el Sahel y llega a la selva tropical, conforma un contextoreligioso cultural similar. De mayor articulación (otro más) en el caso del Sáhara con Marruecos. El santón saharaui Ma-el Aimin, fundador de Smara, infatigable luchador con Marruecos contra los franceses, es un símbolo.

Las cofradías sufís del Senegal son parte esencial de su sociedad civil. Todas tienen un enemigo desalmado: el salafismo wahhabi, que masacró a los feligreses sufís en una mezquita del Sinaí recientemente.