Las Islas Canarias albergan los observatorios del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Sobre las atalayas de Tenerife y La Palma se alzan algunos de los telescopios más avanzados que existen. Escudriñando el cielo palmero, desde el Observatorio del Roque de los Muchachos, lidera esta flota el Gran Telescopio Canarias (GTC), nada menos que el mayor telescopio óptico del mundo. Y durante el turno de día en el Observatorio del Teide hace su guardia GREGOR, el mayor telescopio solar de Europa. Científicos de todo el mundo compiten por obtener tiempo en estos observatorios que no descansan: observadores, cocineros, astrónomos de soporte, administradores de las residencias y técnicos celebrarán hoy la Nochebuena cenando juntos al terminar, o empezar, su jornada laboral. Pero la ciencia avanza con rapidez y el desarrollo tecnológico produce nuevos avances que, a su vez, impulsan el andar de la ciencia en un ciclo que se retroalimenta. GTC y GREGOR no serán los más grandes toda la vida.

Mirando hacia el futuro, podemos ser optimistas con respecto al afianzamiento de la posición de los Observatorios de Canarias como referentes mundiales, ya que acogerán algunos de los grandes proyectos internacionales de futuros telescopios actualmente en desarrollo. Se trata de los proyectos conocidos por sus siglas en inglés como CTA (Red de Telescopios Cherenkov), EST (Telescopio Solar Europeo) y quizás el TMT (Telescopio de Treinta Metros). Los tres son fomentados por grandes consorcios internacionales en los que varios países combinan sus recursos colaborando en un ambicioso objetivo científico común.

Quien haya visitado alguna vez el Observatorio del Roque de los Muchachos seguramente habrá quedado impresionado por "la espectacular imagen de MAGIC", un par de telescopios gemelos abiertos, sin cúpula, en los que podemos vernos reflejados boca abajo incluso desde la carretera. CTA consistirá en una red de telescopios similares a MAGIC operando conjuntamente para observar los fenómenos más violentos y extremos del Universo. El objetivo último es detectar la radiación ultraenergética que llega en forma derayos gamma y que bombardea las capas altas de la atmósfera terrestre. Por fortuna nuestra atmósfera actúa como escudo que nos protege de esta radiación. La colisión de los rayos gamma con las partículas de la atmósfera genera a su vez una cascada de partículas de alta energía que se mueven a velocidades superiores a la de la luz en la atmósfera. Recordemos que nada puede superar la velocidad de la luz en el vacío, pero la luz se propaga ligeramente más despacio en un medio y por ello estas partículas pueden superar su velocidad (en el medio) sin violar las leyes de la relatividad especial de Einstein. Cuando esto ocurre se produce el fenómeno llamado radiación Cherenkov: destellos de luz imperceptibles para el ojo humano puesto que duran menos de una mil millonésima de segundo. Los detectores de CTA podrán captar esta luz Cherenkov y, a partir de la observación por los múltiples telescopios, reconstruir las propiedades de los rayos gamma originales. Con esta información se espera que CTA pueda abrir nuevas investigaciones en Física de partículas, ya que será capaz de observar partículas aceleradas a energías mucho mayores que las generadas en el gran acelerador LHC, o en Astrofísica, aportando información sobre la misteriosa materia oscura o sobre grandes cataclismos cósmicos.

EST es el proyecto de telescopio solar europeo de nueva generación. Con un diámetro de 4,2 metros, supone un gran paso adelante respecto al mayor existente en la actualidad (1,6 metros), lo que conlleva también importantes desafíos tecnológicos. El mayor tamaño permitirá resolver en detalle los procesos de interacción del plasma que compone la atmósfera solar con sus potentes campos magnéticos. Estas interacciones son las que dan lugar a los fenómenos de actividad solar que, ocasionalmente, derivan en erupciones violentas con posible impacto sobre nuestra sociedad tecnológica. El diseño óptico del EST es único en algunos aspectos como la optimización polarimétrica, para poder hacer medidas extremadamente precisas de la polarización de la luz, o la incorporación de un avanzado sistema de óptica adaptativa multiconjugada, con el que se podrá lograr una nitidez sin precedente en las imágenes. EST ha sido incluido por la Unión Europea en su lista ESFRI, el plan de instalaciones científicas estratégicas. Un aspecto muy importante a valorar en este proyecto es que, si bien es fruto de un gran esfuerzo conjunto a nivel europeo, su desarrollo ha estado liderado y dirigido por España, y en particular por el IAC, desde su nacimiento.

Si el GTC nos parece gigantesco por su diámetro de espejo primario de 10,4 metros, podemos imaginar lo que supondrán los tres proyectos que existen en la actualidad para hacer telescopios aún más grandes. Son el GMT (Telescopio Gigante de Magallanes) de 24 metros, el ya mencionado TMT de 30 metros y el E-ELT (Telescopio Europeo Extremadamente Grande) con 39 metros. Dos de estos futuros supertelescopios, GMT y E-ELT, estarán en Chile. El TMT estaba previsto ser construido en Hawái pero se ha topado con serios problemas de oposición pública y un laberinto de procesos legales que han detenido el proyecto. Las cumbres de las altas montañas hawaianas son consideradas lugares sagrados por la población aborigen de las islas, que se opone frontalmente a la desacralización de sus espacios de culto para la construcción de instalaciones científicas. En octubre de 2016 el consorcio del TMT eligió La Palma como sitio alternativo, fijándose un ultimátum para abril de 2018 como fecha límite para iniciar la construcción en Hawái o, en caso contrario, trasladarse a Canarias. De darse esta circunstancia sería un enorme espaldarazo para la Astrofísica y la ciencia en general en España: estamos hablando de una de las mayores infraestructuras científicas del mundo, con una inversión estimada que ronda los 1200 millones de euros en construcción y que generará gran cantidad de empleos en sectores de investigación y desarrollo tecnológico.

Desde Gaveta de Astrofísica les deseamos felices fiestas, con mención especial para aquellos que estos días escudriñan el Universo desde las montañas de Canarias y los trabajadores que lo hacen posible.

Héctor Socas Navarro es un astrofísico icodense dedicado al estudio del Sol. Trabajó durante nueve años en el High Altitude Observatory de Colorado, Estados Unidos, antes de regresar a Tenerife como Investigador Titular del Instituto de Astrofísica de Canarias. En la actualidad es responsable científico del Telescopio Solar Europeo y director del programa de radio de divulgación científica Coffee Break: Señal y Ruido.

Adriana de Lorenzo-Cáceres Rodríguez nació en Santa Cruz de Tenerife y es Licenciada y Doctora en Física por la Universidad de La Laguna, con un proyecto de investigación desarrollado en el Instituto de Astrofísica de Canarias. Ha trabajado como investigadora postdoctoral en la Universidad de St Andrews (Escocia), la Universidad de Granada y la Universidad Nacional Autónoma de México, siempre dedicada al estudio de la formación y evolución de galaxias.