La esperanza de vida de esa cosa llamada "actualidad" se cifra en un par de semanas. Por eso hay que aprenderse y olvidar -casi al mismo tiempo- las cualidades del telurio y sus aprovechamientos tecnológicos y releer lo de la zona económica exclusiva canaria de la mar océana. Pero no te encariñes, porque igual te toca un capitán marítimo que saca un barco accidentado del puerto de Las Palmas y hay que empollarse las medidas contra incendios que debe tener un puerto y que si la espuma es preferible al agua porque no carga peso en el barco. Y luego hay que salir corriendo detrás de los Presupuestos Generales del Estado y las inversiones regionalizables y no regionalizables de las que no olíamos una caballa pero ahora sí. Y ver la dotación de los convenios y que si nos liquidan retroactivamente que el REF no compute en el Fondo de Competitividad.

Y no pienses en parar. Hay que esprintar detrás de la siguiente noticia. Saber si el carguero británico "Chesire" ya no es una bomba flotante y la carga de fertilizante ha dejado de arder. Y a ver si se lo llevan a un puerto peninsular o nos la están pegando. O ponerte, porque el Tribunal Constitucional anula la ley antitránsfugas de Zapatero y se anuncia que en La Laguna hay movida, aunque con ley o sin ley las cuentas para una movida no salen. Y hay que estar pendiente porque en el sector platanero vuelven a correr rumores de que se va a liar. Hay productores que están hartos de que sólo algunos pocos controlen el negocio; claro que esos otros montaron el negocio mientras ellos estaban cruzados de brazos. Después debes aprenderte los miles de metros cúbicos que mide cada agujero de los barrancos de Güímar. Y luego ver lo de la reforma electoral que algunos quieren y otros temen. Y comprobar que el censo electoral de Fuerteventura es menor que el de La Palma, aunque le quieren dar un diputado más. Y poner la oreja para saber por qué PP, Podemos y Nueva Canarias se ponen de acuerdo para dar un golpe de estado en la televisión canaria y por qué CC y el PSOE se oponen. Y después las elecciones de Cataluña, pendiente de si revienta el Estado. Y luego las cifras de la pobreza en estas islas eternamente pobres...

Y así vas. Como un hámster en una rueda. Trotando en pos de la última flatulencia política. Galopando detrás de la ciudad de la Justicia, de la colas de la autopista, la tasa turística, el soterramiento de las redes eléctricas, el festival de música, las cláusulas suelo o el último escándalo político. Hojas de tinta que sabes que el viento arrastrará, convirtiendo tu permanente carrera en un viaje inútil hacia ninguna parte. Otro año y empieza de nuevo la rueda. Catapún chin chin.