Con el nuevo año cada cual hace su reflexión sobre lo ocurrido en el anterior y enumera los propósitos para el nuevo que comienza: ser mejor persona, tener un cuerpo de Apolo, aprender un idioma, dejar de fumar, dedicar más tiempo a la familia o disfrutar más del ocio, pues lo de trabajar más es para otros.

Mientras escribo este comentario recibo una llamada de teléfono para que encienda de inmediato la Televisión Canaria. Son las doce de la mañana y están emitiendo un reportaje sobre la prostitución en EEUU. ¿Es una hora apropiada? Los niños están de vacaciones en casa y no creo que sea el programa más apropiado ni entiendo cómo no caen de cabeza los programadores. Me parece vergonzoso, y si no lo digo, reviento, pero vamos al meollo de lo que quiero contar.

Retrocedo a mi infancia, a la época en la que vivíamos en una casa bulliciosa en Jaén mis padres, hermanos y la prima Lolita, que venía de Torredonjimeno a pasar las fiestas, todos bien acurrucados alrededor de la mesa camilla, que tenía dos braseros debajo para soportar la temperatura bajo cero y las nevadas de la zona. Mis padres hacían un gran esfuerzo económico para poder celebrar Nochebuena y Navidad. La jornada comenzaba en la cocina de carbón con solo un fuego; era una estancia grande y todos procurábamos ayudar y merodear por ella porque el calor humano y el de la estancia mitigaban el intenso frío. Esa noche mágica la esperábamos como agua de mayo porque el menú era especial: caldo de gallina de entrante, huevos fritos con chorizo de Cantimpalos a continuación, y después merluza troceada con alioli y rabanitos adornandos, y pavo relleno. Para desengrasar antes del postre, siempre turrón del duro y sidra, una naranja de ombligo grande, y todos bien alimentados para afrontar la noche cantando villancicos. Evidentemente la carta no era extensa ni nada fuera de lo común para estos días, pero hay que trasladarse a aquella época y valorar el trabajo de una madre para intentar dar lo mejor a su familia; mi padre siempre decía que llenábamos el ojo antes que la tripa. En la actualidad, cualquier día del año podríamos disfrutar de esos manjares, pues son accesibles de comprar y realizar, y parece que solo pensamos en vivir y atiborrarnos, despachando el exceso con "un día es un día". Así que los propósitos de año nuevo son flor de un día, sobre todo al enfrentar los Reyes y que en pocos días estaremos ya inmersos en los carnavales. Trabajar, ¿cuándo?

La vida no para y una parte muy importante de la sociedad sigue pasándolo francamente mal. El paro va disminuyendo pero en precario y sin grandes perspectivas, y la cuestión es: ¿dónde encontramos trabajo para tantos? Muchas personas me dicen que hasta hace poco tiempo no se hablaba sino de crisis, pero la realidad es que para los cincuentones en paro solo les queda la salida a una jubilación con futuro muy incierto. Mientras, siguen bajando las tasas de natalidad, se ejecutan cerca de cien mil abortos y se promueven leyes para que menores de 16 años tengan mejor acceso sin intervención paterna porque pueden hacer con su cuerpo lo que les dé la gana. Realmente la política que se está ejecutando es descabellada y las leyes no se corresponden con la realidad. Gobernar no es contentar por contentar y los políticos y legisladores tienen una responsabilidad que hay que establecer con sentido común.

Sin pasarme de pesimista, enmendar los problemas creados es tarea de todos, empezando por el ciudadano con su voto, que no debe dejarse engañar por cantos de sirena. Hay que conocer la calidad humana de nuestros representantes y hacer un seguimiento a su trayectoria. Es importante dejar avanzar a los jóvenes, pero es primordial mejorar la situación de desamparo de aquellos que pasados los cincuenta están siendo rechazados en todos lados. Propongo una ofensiva total a la pobreza, pues junto a la sanidad, deben ser la principal preocupación de nuestros gobernantes.

No sé si algún día veré un acercamiento de posturas. En Alemania izquierda y derecha gobiernan juntos, pero aquí siempre están a la greña y el país no lo merece. Más humildad y amar España.

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