En Tenerife se está continuamente improvisando con las infraestructuras básicas. Esa es la consecuencia primaria del retraso en equipamientos en relación con las demás islas del Archipiélago. Es la respuesta a la pregunta que se hace la mayoría de los ciudadanos; a saber: tenemos unas carreteras obsoletas, y peor aún, otras futuribles, cuyos proyectos no están ni realizados. La perplejidad aumenta cuando se observa que en otros sitios se licitan, ejecutan y se inaugura todo tipo de obra.

La planificación lleva implícito un proceso, meditado, metódico y estructurado, para obtener un objetivo determinado. Lo que no es conveniente y lleva a la frustración, ante las expectativas creadas, son los cambios continuos e improvisaciones, que le quitan fortaleza a lo establecido con esfuerzo y estudio. Los vaivenes no son recomendables, porque marean y no dan estabilidad. Hay que tener visión estratégica y cumplirla; decía John Drucker que "la planificación a largo plazo no se ocupa de las decisiones futuras, sino del futuro con las decisiones actuales". Aquí se hacen muchos estudios, propuestas, análisis, infografías, que cuestan dinero y se quedan en el papel, porque no hay decisiones contundentes; se gestiona dudando continuamente.

En sesión extraordinaria del Pleno del Cabildo Insular de Tenerife celebrada el 19 de julio de 2006, se aprobó definitivamente el Plan Territorial Especial del Ordenación del Sistema Viario del Área Metropolitana de Tenerife, publicado en el Boletín Oficial de Canarias en febrero del 2007. Este plan, actualmente en vigor y que se puede ver en la página oficial de la institución insular, decía ya hace más de diez años que "es una realidad que la isla de Tenerife, en lo que a sus infraestructuras viarias se refiere, se enfrenta actualmente a ciertas carencias en cuanto a movilidad y circulación?". Además, destacaba la necesidad de sacar los tráficos insulares de la zona urbana, creando una vía de circunvalación. El motivo de la elaboración del citado plan territorial venía motivado porque estaba contemplado en el PIOT. En este venían reflejadas la Vía Exterior, la Vía de Cornisa y la Vía Litoral. En cuanto a las dos primeras, no se ha ejecutado nada. La reflexión que nos hacemos es sencilla: lo que está previsto no se hace y lo que se quiere hacer no está proyectado. Así no se realiza obra y crecen las colas.

La coexistencia de una elevada densidad de vehículos, con la escasez de vías de alta capacidad, produce el estrangulamiento viario, como consecuencia de la sobresaturación continua. Por lo que hay que descongestionar las entradas a los centros urbanos de Santa Cruz y La Laguna, siendo la conectividad entre la autopista del Norte y la del Sur de forma directa la solución más viable, el objetivo no es otro que, conectar el tráfico de la TF-5 con la TF-1 circunvalando el área metropolitana. Por otro lado, la Vía de Cornisa conectaría las dos ciudades a través del borde del Macizo de Anaga y la Vía Litoral serviría para mejorar las comunicaciones entre la ciudad y la zona portuaria. Todo está planificado hace más de una década; se ha perdido el tiempo, que es el mayor de los derroches, y ahora estamos en un limbo, donde se quiere hacer un carril Bus-Vao que no tiene proyecto o ideas novedosas, como soterrar la TF-5 a su paso por La Laguna. Por cierto, no se entiende muy bien que una Ciudad Patrimonio de la Humanidad sea atravesada por una autopista. La zona metropolitana de Tenerife, con el número de habitantes que soporta, es la única de España que no tiene una vía de circunvalación (hasta Las Palmas de Gran Canaria goza de una eficiente variante, dicho esto sin ánimo de molestar a nadie).

No se puede seguir dudando en cuanto a lo que hay que hacer. Estamos seguros de que todos los responsables políticos, los agentes sociales y la sociedad civil están dispuestos a ceder en sus reivindicaciones máximas para conseguir lo que todos queremos: una solución al caos viario, a la desestructuración territorial y al colapso circulatorio. La cohesión social y económica en Tenerife exige altura de miras y señorío personal. En las demás islas se han ejecutado las obras, porque tenían desde un principio las precedencias establecidas de manera indudable y no se cambiaron los esquemas, para posibilitar que se comenzaran las obras, que es el mejor procedimiento para que se terminen. No se trata de quedarnos mirando el pasado, pero sí es conveniente no olvidar lo que ha sucedido para no cometer errores en el presente. De una vez por todas, hay que hacer un "Compromiso por Tenerife", donde tenemos que caber todos, estableciendo de forma unánime (basado en un consenso generoso) las prioridades de la isla para que no estén a expensas de cambios políticos o de ocurrencias bienintencionadas. El diagnóstico de Tenerife se llama improvisación.

*Presidente de Fepeco