Una de ellas: el esqueleto de pabellón deportivo, aledaño a la calle Eduardo Zamacois, que lleva años en esa indumentaria. Así a pesar de las manifestaciones de don Dámaso Arteaga, a lo largo del tiempo, en cuanto a la continuación de la obra para su conclusión. Cosas veredes? en la imaginación.

Otra de ellas: los desperfectos del pavimento en pasos de peatones. Uno que llevo viendo hace muchos años, porque paso por él casi diariamente, está en la confluencia de la calle Antonio Nebrija con la avenida de San Sebastián. Hace muchos años allí se torció el tobillo izquierdo mi esposa, cuyas secuelas padece hoy; el agujero en el lugar sigue aguantando el paso del tiempo; como la Puerta de Alcalá? "miralá, miralá, miralá".

Otra de ellas: el tramo de la que fue carretera general del norte a su paso por la trasera de la cervecera hasta las inmediaciones de la clínica San Juan de Dios. A esta me he referido en ocasiones anteriores, en esta columna, desde hace veinticinco años. Decía el 26/04/94 que "ningún ciudadano de los municipios de Santa Cruz y La Laguna manifestará extrañeza alguna si decimos que la carretera general que, por La Cuesta, une ambos municipios es prácticamente una vía urbana". Y preguntaba: "A quién corresponde dotar de alumbrado público a la vía urbana (?)". Aquel tramo, como hace tantos años, sigue como boca de lobo.

Hay más de ellas. Muchas más. Pero quiero cerrar el comentario de hoy con una cosa positiva, que también es de la ciudad porque en la ciudad de Santa Cruz se ha producido. Me refiero al concierto que nos ofreció el pasado jueves, dentro del Festival Internacional de Música de Canarias, la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria bajo la dirección de su titular, Karel Mark Chinchón. Orquesta que cumplió ampliamente con el bien hacer y que, por ello, cosechó unas impresionantes y duraderas ovaciones que la llevaron a regalarnos dos bises con la extraordinaria ejecución con que se habían prodigado en todo el concierto. Abrían el mismo con la interpretación de una obra del joven compositor canario Víctor Landeira, "Campos del Sur, para orquesta", que él pudo escuchar por primera vez y agradecer desde el escenario la ovación con que le premió toda la audiencia.

Como segunda obra, disfrutamos del "Concierto para violín en Re menor. Op. 61" de Beethoven, con la participación solista de violín de Pinchas Zukerman. Afamado violinista y violista que demostró ampliamente el porqué de esa fama. El concierto me llevó a ese estado del alma enteramente embargada por un sentimiento de admiración y alegría. En definitiva, una buena cosa que ocurrió el jueves día 25 en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife.