Una ola de indignación moral recorre el mundo civilizado. Y una conjunción planetaria, tipo Pajín, ha producido un sarpullido de ética en Tenerife, con epicentro en La Laguna. La densa humedad de la ciudad de los Adelantados hace crecer, además de los verodes en las tejas, un fuerte rechazo ante los comportamientos indecentes. Ya no habrá más serenatas y las macetas se pondrán de luto por Zebenzuí González, ya saben, el tipo ese que escribió un mensaje diciendo que cambiaba sexo por trabajo.

La oposición lagunera tiene una moral tan elevada que ha decidido que hay que cargarse el voto de Zebenzuí en los plenos. Está el pequeño detalle de que precisamente ese voto -maldita sea- le da mayoría al alcalde en todas las decisiones municipales. Pero no es por eso que se lo quieren cargar -¡no hombre, no!-, sino por pura estética: a la oposición le resulta insoportable pensar en un sudoroso Zebenzuí teniendo sexo salvaje mientras firma contratos en el cabecero de la cama. ¡Qué va, hombre, eso no se puede tolerar!

El plan es hacerles la vida imposible a los que han sido pescados con mensajes asquerosamente machistas. A Pablo Iglesias, por ejemplo, le van a declarar "persona non grata" del Padre Anchieta para arriba, por haber escrito que azotaría en el culo hasta que sangrara a la periodista Mariló Montero. Y también a Mariano Rajoy por aquello de "sé fuerte" dedicado a Luis Bárcenas, que vete tú a saber si se refería a la fortaleza de una erección. Y como además en La Laguna son republicanos, a la reina también la van a censurar por dedicarle un mensaje en plan "merde" al "compi yogui", que ahora está imputado por el pago de comisiones en obras. Y a Urdangarín, que firmaba como duque de Palma pero de coña escribía "Duque En Palma Do", en una clara alusión sexual.

A todos los que han sido cazados en mensajes privados que luego vieron la inconveniente luz de los chismosos medios de comunicación se los van a pasar por la piedra en La Laguna. Porque una ciudad universitaria, culta y con tanta tradición de conventos y sacristías, no puede permitir tal túrbida efervescencia de sexo y machismo.

A Zebenzuí hay que echarle por querer azotar en el culo a Montero, a Pablo Iglesias por cambiar sexo por enchufes políticos, a Bárcenas por estar empalmado... Mejor no sigo porque igual me estoy liando y no es exactamente así. Además, da igual. Lo importante es que la oposición en La Laguna, referente moral de España, va a dar un paso al frente para condenar a todos los machistas a la hoguera. La política española corre un serio riesgo de desertización, pero no importa. Una purga es una purga. Y si salta y se rompe el lebrillo, pues se jode el sorondongo y el fraile al talego por hacerle eso a la niña.