La primera medida de los "populares" después de haber ganado las elecciones establecía que el Gobierno de Rajoy (el de Zapatero salió con muchas prisas en busca de puestos bien remunerados) implantaría la "equidad" como justificación a las disposiciones que iban a ponerse en circulación..., con absoluto respeto a la banca y grandes empresas, ante la desviación presupuestaria en torno al 8 % en vez del 6 % que les regaló el Ejecutivo anterior. La reforma laboral, la subida del IRPF, las rentas del capital y el IBI fueron algunas de las amenidades que echaron por tierra las promesas ofrecidas en la campaña electoral. Es extraño que, por pura lógica política, un partido en la oposición no se entere, durante diez años, dónde iban a parar todos los dineros de los españoles porque, entre otros caminos, podían acceder a las distintas tramas que, aún hoy, afloran comprometiendo a la organización política instalada en La Moncloa que gobernaba, entonces, en diferentes autonomías, entre ellas la canaria (Soria). Unos y otros han salpicado todo el territorio nacional de connivencias espurias, llegando incluso a agasajar la Convergencia de Pujol con los resultados peligrosos que han influido en la credibilidad internacional de la democracia española.

Afirmaban los exultantes vencedores que la subida de impuestos estaba apoyada en los principios de justicia y equidad, doctrina que con el paso del tiempo se ha quedado entullada por una serie de intereses que han complicado la trayectoria política no ya sólo del Partido Popular, sino la de los socialistas-obreros, pringados, igualmente, hasta la médula. Rajoy llegó a señalar en el Congreso de los Diputados (no en un bar) que los recortes no tocarían las pensiones ni subirían los impuestos, porque "con las dificultades que están teniendo las empresas y los españoles, no me parece lo más razonable". Lo cierto es que, en la actualidad, los pensionistas han devuelto por correo ordinario la carta que la Seguridad Social les envió comunicándoles una subida, la del 0,25, lo que significa para una pensión media de 800 euros? ¡dos euros! mensuales. Es un insulto democrático, pero un insulto.

Poco a poco, los "populares" han ido deshilachando su gran ovillo de prometidas equidades convertidas, en esta legislatura, en una reconocida por ellos "brecha salarial". Con un sistema tributario injusto a todas luces incapaz de arreglar este eterno entuerto, el ministro Montoro, emulando al presidente, manifestó que la reforma fiscal "sería equitativa y proporcional", sin negar ni implícita ni explícitamente que la propuesta beneficiaría a las rentas más acomodadas. El tiempo ha pasado y la desigualdad, lejos de estrecharse, continúa ensanchándose cada día. Así, en Davos, foro económico celebrado recientemente en Suiza, se informó del aumento de la riqueza extrema y su relación con las personas que, aun trabajando, viven en la pobreza. El documento afirma que la economía del 1 % más rico del mundo se construye a expensas de trabajos mal pagados, a menudo ocupados por mujeres, "que reciben salarios miserables". Un ejemplo local lo tenemos en las llamadas "kellys", camareras de piso, que en Canarias está de plena actualidad. Mientras la facturación hotelera asciende a 18.000 millones de euros, estas empleadas contratadas de forma externa, que constituyen uno de los principales sustentos de la calidad turística, cobran 800 euros por limpiar 400 habitaciones mensuales. Una hora sale de media a cuatro euros. Mientras, el presidente de Ashotel de Tenerife ha manifestado a nuestro periódico que "quien se deja explotar hoy en día es porque quiere", y que "la gente está bien retribuida". Días más tarde rectificó, como es costumbre en los popes de la política. Reseñar que cada diputado canario ingresa al año 9.000 euros por dietas, aparte del sueldo mensual, que llega a los 4.000 euros, no es demagogia.

Continuando con lo informado en Davos, el 82 % del crecimiento de la riqueza mundial durante los últimos doce meses fue a parar a manos del 1 % más rico, que incrementó su fortuna en 762.000 millones de dólares, cantidad suficiente -dice el informe- para terminar ¡siete veces! con la pobreza en el mundo. Al otro lado se encuentra el 50 % más pobre, que "no incrementó su riqueza en lo más mínimo". A España la sitúan como uno de los países de nuestro entorno donde la desigualdad (la equidad de Rajoy y Montoro) más ha crecido desde el 2007, exactamente en el tercer puesto, por detrás de Rumanía y Bulgaria?, empatado con Lituania. Magnífico.

Otros pocos ejemplos de lo que se entiende por equidad en nuestro país vienen reflejados en los emolumentos de los altos directivos del Ibex 35, que cobran de media 207 veces más que el sueldo mínimo de un empleado de sus empresas. Las retribuciones de los capitostes creció un 15 % y la de los empleados un 0,3 %. Podemos dormir tranquilos con el arrorró de la ministra Báñez.