En su intento de llegar a las ansiadas Indias, Cristóbal Colón se encontró con América sin esperarlo y de forma accidental. Su viaje pretendía abrir una nueva ruta comercial que era muy lenta, y consiguió llegar a América en poco más de dos meses. En la actualidad, se tardan unas horas en realizar ese trayecto, y a eso se le llama progreso.

Lo que hace unos años necesitaba meses, semanas o días, ahora se resuelve en cuestión de horas, o de minutos, como trasladarte desde Santa Cruz de Tenerife al Norte o el Sur de la Isla. El trayecto ya no es por la carretera vieja, y no se tarda ni una hora en llegar. Vivimos en el siglo XXI, y la mejora de infraestructuras para mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos está presente en muchos aspectos de nuestra vida moderna.

En Tenerife, la situación de nuestras carreteras no se adecúa a este progreso. Pasar más de una hora diaria o mayor tiempo en una cola de tráfico para llegar o volver de tu puesto de trabajo es más propio de cuando solo existía esa carretera vieja que de los tiempos en que vivimos. Incluso en esa época, en los años 70, mi padre, conductor de las antiguas guaguas rojas, tardaba menos tiempo en trasladarse desde Buenavista del Norte a Santa Cruz que en la actualidad, porque salía a las 6 de la mañana y llegaba a las 8.15, cuando las guaguas no tenían dirección hidráulica, los cambios había que hacerlos con los pies y mucha fuerza, se esquivaban muchas curvas y además había tiempo para pararse a tomar un café.

Esas colas y esas horas las sufren muchos tinerfeños a diario, entre los que me incluyo cuando tengo que desplazarme desde Buenavista del Norte, mi lugar de residencia, también hasta mi puesto de trabajo, en la capital tinerfeña.

Entiendo, por tanto, la indignación de la ciudadanía, y las críticas hacia la clase política que no ha sabido tomar decisiones al respecto, porque hay que recordar que muchos de los responsables de esta indecisión han gobernado durante más de 20 años bajo las siglas de Coalición Canaria, máximo responsable.

Durante siete años de cogobierno del PSOE en el Cabildo, de los que cuatro tuvimos la responsabilidad de carreteras bajo nuestra propia competencia (2011-2015) y el año y medio en el Ejecutivo canario (2015-diciembre 2016), conseguimos finalizar tres importantes proyectos para la mejora de nuestras carreteras, como el pago de las certificaciones en el tramo Icod-El Tanque; concluir la obra del tramo Santiago del Teide-Guía de Isora y Fonsalía.

Pero ahora hablan a la ciudadanía de ejecutar obras para terminar con las colas de la TF-5 y de la TF-1, cuando están incluidas en el Convenio de Carreteras y no cuentan con ningún proyecto redactado. Porque mientras CC se enfrentaba a la Consejería de Obras Públicas durante el año y medio de gestión socialista en esta área, los proyectos de la TF-5, TF-1 y el Anillo Insular de Carreteras ni siquiera estaban actualizados.

La realidad es que en el caso de la TF-5, aún se están preparando los pliegos, para la obra de la TF-1 se está redactando el proyecto, y el cierre del Anillo Insular de Carreteras se encuentra en exposición pública. Unos proyectos para los que CC ha contado con más de 20 años de gestión y durante los que no se ha hecho nada, y que es la causa del mal estado de nuestras carreteras.

A pesar de que entre las prioridades del propio Cabildo en materia de Carreteras siempre se ha encontrado acelerar los trabajos de revisión del proyecto técnico y las expropiaciones del cierre del Anillo Insular, la realidad es que CC nunca lo ha actualizado durante años, como tampoco ha acelerado en este tiempo, los trabajos para iniciar las obras de los enlaces de Oroteanda y Las Chafiras, que reducirían las colas entre San Miguel y Arona. Lo único que existe es un estudio de trazado para la ampliación de la TF-1 entre el Aeropuerto Reina Sofía y la zona turística.

Nosotros, como socios de gobierno en el Cabildo, siempre hemos mostrado predisposición para que salgan adelante todos estos proyectos, poniendo facilidades en la gestión para poder ejecutarlos.

Lo que hay que hacer es ofrecer soluciones y ponerse en marcha, con el bypass, o con el soterramiento de la TF-5 si hay que hacerlo y si esa es la solución, o cualquier alternativa que suponga el fin de las colas y la indignación de la ciudadanía. El PSOE en el Gobierno de Canarias puso soluciones sobre la mesa y ejecutó obras solo en un año y medio.

Y también es inaceptable que el PP condicione ahora la firma del Convenio de Carreteras de Canarias a que haya Presupuestos del Estado, porque a eso se le llama chantaje. Además de en Tenerife, en otras islas también se sufren las obras sin terminar y sin licitar porque el Gobierno central no quiere hacerlo.

El Ministerio de Fomento ya recortó las inversiones en carreteras para el Archipiélago canario entre 2012 y 2017 en 700 millones de euros, alegando los efectos de la crisis económica, y hasta los tribunales han condenado al PP a devolver esos recortes porque es indecente e ilegal.

Tenemos que remar todos hacia la misma dirección, olvidar enfrentamientos y ponernos a trabajar para arreglar las carreteras de Tenerife y darle respuesta a esa indignación de nuestros ciudadanos, los que no se merecen vivir en la época de Cristóbal Colón sino en la del progreso y el bienestar.

(*) Vicepresidente Primero del Cabildo de Tenerife y presidente del Grupo Socialista en la Institución insular