Todos los que hemos vivido en Tenerife hemos ido a la escuela. Es la manera que durante siglos las sociedades como la nuestra han desarrollado para educar y socializar a los individuos más jóvenes. En la escuela te enseñan el conocimiento, el lenguaje, la técnica o el pensamiento abstracto. Pero también te enseñan a pensar, a crear o a innovar. Y desde luego que la escuela es el pilar sobre el que se asientan muchos de los valores que después ejercitamos en la sociedad: a cumplir con la palabra dada, a respetar a los demás, a convivir en diversidad y a tratar a los que no son iguales de forma que tengan las mismas oportunidades.

Obviamente la escuela no es la única institución que promueve la educación. Tanto los conocimientos como los valores se adquieren de otras fuentes como la familia, la experiencia u otros elementos de la comunidad. Lo aprendes de las cosas buenas que te han pasado y también de las cosas malas. Todos decimos, y creo que es verdad, que de los errores se aprende más que de los aciertos porque los palos de la vida te enseñan a volver a ponerte en marcha y ese esfuerzo por comenzar te da muchas lecciones, sobre ti mismo y sobre los que te rodean.

Este fin de semana algunos han decidido volver a la escuela. Eso está muy bien porque además lo hacen fuera de horario lectivo y por lo que he visto ese esfuerzo lo hacen hombres y mujeres talluditos que muy bien podrían decir que ya no tienen nada que aprender. Yo que promuevo desde el Cabildo la estrategia Tenerife 2030 para educar mejor para una isla mejor preparada, para lo que llamamos isla futura, no dejo de alabar ese esfuerzo por formarse mejor. Felicidades y mucho ánimo señor Rajoy por esa iniciativa popular.

Estoy convencido que al tratarse de una escuela, el presidente Rajoy se siente poseído por el espíritu de aprender. Porque en la vida uno no debe renunciar al proceso de conocer cada día cosas nuevas. Y cada vez que nos visita alguna alta autoridad peninsular, uno tiene la esperanza de que al estar en las Islas por el espacio de algunas horas, sea capaz de percibir lo diferente que son aquí algunas realidades.

El partido del señor Rajoy tiene gente muy fiel en Tenerife. Tiene cargos públicos a los que tendría que agradecer el apoyo incondicional que le han prestado en todo momento. Porque hay que ser justos: los políticos del PP se han partido la cara defendiendo a sus jefes de Madrid en cosas que son absolutamente indefendibles.

Cuando el Gobierno de PP decidió hacer recortes en todas las comunidades autónomas para frenar la quiebra la de la hacienda pública nacional y recuperar las cuentas del país, no tuvo en cuenta la diferencia entre regiones ricas y pobres. Ni por supuesto entre el Continente y las islas lejanas. Con la típica mentalidad de un Gobierno peninsular, no entendió que Canarias, por ser lo que es (un archipiélago situado a más de mil kilómetros de distancia del continente) tiene unos sobrecostos estructurales que son difíciles de afrontar sin medidas especiales.

Hubo dolorosos recortes en Sanidad, en Educación, en políticas sociales, en planes de empleo... Y entre las muchas medidas injustas que se adoptaron, una de ellas fue vaciar de dinero el compromiso de inversión que se había firmado para las carreteras en nuestras islas. Más de setecientos millones de euros le fueron quitados a Canarias durante los años de la crisis, a pesar de estar comprometidos. No lo digo yo: lo dicen ya dos sentencias del Tribunal Supremo. La consecuencia es que los proyectos que había en marcha se pararon y muchos de ellos decayeron, amarilleando en los cajones por falta de financiación.

La injusticia es mayor por cuanto en esos años se siguieron haciendo grandes inversiones en infraestructuras de carreteras y de trenes por toda la Península. Inversiones por miles de millones de euros que iban a parar, a veces, a comunidades donde gobernaban los populares. A pesar de la crisis, España tiene la segunda mayor red de alta velocidad del mundo. A pesar de los recortes, se siguió invirtiendo en los grandes corredores, como el del Mediterráneo. Sólo en Canarias se congeló un convenio para financiar el único sistema de transporte con el que contamos en las islas.

Volver a la escuela es volver a recuperar los valores que te enseñaron. Cumplir con la palabra dada como les ha dicho el Tribunal Supremo por dos veces ya, respetar a los demás y no imponer con una mayoría absoluta decisiones injustas, convivir en diversidad y tratar a los que no son iguales de forma que tengan las mismas oportunidades sabiendo que en las Islas, la fragmentación y el alejamiento atenaza nuestro desarrollo.

Volver a la escuela es también volver a aprender a pedir perdón. Pedir perdón a los tinerfeños y prometerles que se van a poner todos los medios para que volvamos a tener inversión en carreteras. Y para que dentro de pocos años tengamos también inversión en un moderno sistema ferroviario que nos oferte parecidos servicios a los de cualquier español peninsular.

Espero sinceramente que el PP aprenda mucho este fin de semana. Y que a partir del lunes tengan preparada al menos la lección del convenio de carreteras y de la singularidad de las Islas. Ya que han celebrado una escuela, este fin de semana, espero que la hayan aprovechado. Y que como hicimos todos en la escuela, hayan aprendido algo de nuestra isla y de nuestra tierra. Porque nos vendría muy bien a todos que además de acordarse de nosotros para lo de la propaganda, nos recordaran también a la hora de las inversiones.

Sepa señor Rajoy que una cosa que tenemos muy aprendida los isleños es a saber perdonar. Buen y fluido regreso a la Península.

*Presidente del Cabildo de Tenerife