Durante esta época del año son muchos los padres y madres que han de elegir un centro educativo donde escolarizar a sus hijos. Algunos entran en la escuela por primera vez, otros cambian de colegio o instituto durante la etapa porque no hicieron una buena elección inicial, y otros deciden que la Secundaria o el Bachillerato de sus jóvenes se realice en distinto centro que la Primaria. En cualquier caso, elegir centro educativo se convierte en algo prioritario para las familias y, además, se supone una decisión de gran responsabilidad, ya que la elección puede determinar el futuro de los jóvenes.

Pero ¿qué es lo que más preocupa a padres y madres sobre esta decisión? Por una parte, se mira lo académico, todas las personas desean una formación de lo más completa posible, variada y con proyección de futuro. Pero por otra, y más en los últimos años, nos hemos escorado hacia el ámbito de lo personal. Ya son muchas las familias que tienen más en cuenta cómo se van a sentir los chicos y chicas, si en el centro se desarrollan aspectos y valores personales, si "mi hijo o hija se va a sentir feliz en ese cole". Acorde con la sociedad del siglo XXI, pensamos más en llenar los espacios emocionales que en el ámbito académico.

No obstante, sí que hay una serie de elementos que nos pueden ayudar a elegir centro educativo. Todo depende de cómo prioricemos dichos parámetros. En primer lugar, y tal vez el más importante, el ideario y el proyecto educativo del colegio o instituto tiene que coincidir con las creencias y deseos de la familia. Como dice el filósofo y pedagogo Gregorio Luri en su libro "Mejor educados", a la hora de elegir un centro hay que tener claro que el clima intelectual y los hábitos de trabajo que reinan en la familia son los mejores predictores del éxito o fracaso en la escuela. La coherencia entre la casa y el colegio proporcionan confianza recíproca. Como apunta Mar Romera en su libro "La familia, la primera escuela de las emociones", el colegio y la casa han de compartir emociones y valores.

Otro aspecto importante es la ubicación del centro escolar. En las edades más tempranas, los desplazamientos lejanos aíslan del entorno y conllevan mayor tiempo. Como señala el gran pensador y pedagogo italiano Francesco Tonucci, "la mejor escuela es la de tu barrio, e indudablemente es un criterio a tener en cuenta". Los hijos e hijas tendrán más tiempo para descansar, jugar y relacionarse con sus amigos y amigas. Igualmente pueden pasar más tiempo con sus familiares y éstos participar de la escuela.

El tercer criterio a valorar es el ambiente que se vive en el colegio o instituto. Si se potencia la autonomía del alumnado, si se promueve el buen trato, si se acoge a todos con respeto y cariño. En esta misma línea no hay que perder de vista la atención a la diversidad, si es un centro integrador en el que se promueven los valores positivos y la cooperación entre el alumnado. Todo esto se desprende del proyecto educativo, pero también del entorno afectivo emocional en el que se desenvuelve la vida del centro. La escuela debe combinar la calidad de las relaciones humanas con el nivel académico: que los docentes tengan una buena preparación profesional no está reñido con ser cercano y desarrollar un ambiente amable y una educación en valores donde se promueva el pensamiento crítico y creativo. En este sentido, y como dice el pedagogo Francisco Javier López, debemos conocer a nuestros hijos para valorar estos factores con criterio.

Un cuarto elemento en el que podemos hacer hincapié es el relacionado con los horarios y las actividades que se ofertan. Muchos padres y madres necesitan un centro escolar que tenga un amplio horario y que se adapte a los de la familia. Cada vez son más los centros que ofrecen servicios para recoger al alumnado antes del comienzo de las clases con tal de que los familiares no se vean afectados en su jornada. Por otra parte, los servicios de comedor y extraescolares que pueda presentar el centro también permiten mayor permanencia del alumnado en el recinto escolar. Por la cantidad y el tipo de actividades extraescolares y complementarias que brinda la escuela también se denota su dinamismo.

Como quinto criterio en el que se deben fijar los familiares es el tipo de instalaciones: si es un centro con espacios adecuados, si ofrece equipamiento suficiente, aulas específicas, tecnología actualizada, si tiene suficientes espacios para los momentos de recreo, zonas deportivas en condiciones de uso. Un colegio o instituto que se muestra a los familiares y que está en buen estado de conservación, es preferible al centro que evita mostrarse o al que evidencia un aspecto descuidado. Recomiendo visitar más de un centro y así poder tener distintas ideas y sensaciones.

Por último, pero no menos importante, es interesante saber si los servicios que se ofrecen son de nuestra utilidad. Muchas familias necesitan centros con comedor, ya que supone una gran ventaja que el alumno o alumna salga habiendo almorzado. Por otro lado, cada vez son más centros los que han incluido el desayuno entre las muchas ventajas que promueven. Bien apoyado por la Consejería, bien por las entidades locales, brindar este servicio es un gran avance, sobre todo para las familias más desfavorecidas.

Otro servicio que puede ser decisivo es el transporte. Los centros privados y concertados ofrecen transporte de pago para todo el alumnado, los centros públicos lo ofrecen con gratuidad para el alumnado que no se encuentra en las cercanías de ningún centro educativo y para el alumnado con dificultades de movilidad.

Servicios como información telemática constante a las familias, uso de material y libros digitales, escuela de padres y madres, actividades compartidas por toda la comunidad educativa, actividades deportivas para todo el alumnado y algunas otras más, están irrumpiendo en los centros educativo marcando el ideario de colegios e institutos.

Si elegir centro educativo para los hijos e hijas es una decisión que conlleva responsabilidad, también lo es apoyar y participar de la vida del centro, colaborar con el profesorado y compartir la educación y la enseñanza, entender que el centro educativo es un espacio en el que el alumnado pasa muchas horas y cuanto más cercano lo sienta mejor será su trayectoria, tanto personal como académica.

*Director del IES Benito Pérez Armas y profesor de Filosofía