Presidente de la Nación española, lo tiene cada vez más crudo para resolver los problemas que se le acumulan, sobre todo porque no dispone ni de mayoría simple, ni ha logrado cerrar acuerdos con otros partidos. Es un hombre preparado, serio y honesto, digan lo que digan, también tiene defectos corregibles, pero no son un obstáculo para gobernar y, en la oposición actual no se vislumbra un sustituto tan preparado y experimentado. Hay que recordar que recibió una herencia catastrófica con el país casi en bancarrota y desprestigiado por la forma de gobernar del expresidente Zapatero, quien pronunció la nefasta frase antológica: "Cataluña será lo que los catalanes deseen", y ahora vive como un jeque, cobrando más de ciento cincuenta mil euros anuales, más casa, coche, chofer y secretaria, y tratando de resolver el problema de Venezuela. ¡Así les va!
Soy muy reacio a escribir sobre temas gubernamentales, aunque tengo el mismo derecho que los demás, pero es que cada vez me gusta menos la política de nuestro país, y tampoco como están las cosas en el resto de Europa, donde no parece que la situación sea mejor o será que sus ciudadanos no se quejan tanto.
Considero prioritario solucionar tres temas muy significativos: Cataluña, la economía social y la comunicación. Existen otros importantes, pero entiendo que la mejoría de estos, cambiaría mínimamente la situación que vivimos.
Estoy bastante harto de la trama catalana. Jamás han sido Reino y tampoco independientes, pero su mentira ha calado tan profundamente que por tener su propia lengua creen tener la potestad de separarse de España. Ya lo manifestó Tarradellas: "son estúpidos y cretinos, se han creído seres superiores y espero que en algún momento se les convenza de su error". Rajoy ha actuado con prudencia, algunos le critican haber sido cauteloso y otros piden meter los tanques y el ejército, pero creo que lo que buscan es un "muertito" y tener el argumento perfecto para desencadenar la furia y recuperar los dolorosos enfrentamientos de antaño. Mientras escribo, se ha reunido el parlamento, han entrado en prisión unos cuantos, y otra más se ha fugado a Suiza, pero quienes sufren son los ciudadanos, como una gran amiga gallega, formada y residiendo cuarenta años en Barcelona que tiene que marcharse a Castellón a empezar una nueva vida. Lamentable.
La economía social tiene a medio país en la calle protestando, así que no podrá contar con los jubilados que son más de un 25% de los votantes, ni con los médicos que piden mejoras, ni con la administración de justicia que solicita igualdad salarial en las comunidades. Dice que no hay dinero, pero está muy mal asesorado, ganaría votos si metiese la cuchilla en los salarios altos, recortando, además de en el gasto público, en el despilfarro de todos aquellos privilegiados políticos que se han jubilado habiendo trabajado cuatro años. No debería permitir la injusticia que le supone a un abuelo sobrevivir con una pensión baja, que recorta en su cesta de la compra, que ayuda a sus hijos parados y que también mantiene a sus jóvenes nietos. Los ladrillos no se comen y la contribución por ser además propietario de una vivienda se lleva la paga extraordinaria. Es usted un hombre ponderado y de los que menos cobra, así que busque la financiación para contentar a su pueblo. No se escude en que no se puede.
La comunicación de su partido es pésima y tampoco ayudan los desastrosos asesores que no saben ni siquiera resaltar los buenos logros en economía y otros aspectos de su gestión. La situación pone a los votantes en su contra, como demuestran ya las encuestas, así que espabile y no siga diciéndoles a los jubilados que no puede subir más de ese ridículo 0,25%. Tras seis años en el cargo no ha sabido explicar sus propuestas, su credibilidad está bajo mínimos, y aunque ha habido mejoras en la situación económica, pierde terreno cada día y está por debajo de otros políticos en intención de voto, incluyendo a Rivera y Sánchez que nunca han gobernado y tampoco sabemos si sabrán hacerlo. Espabile y gobierne con mano firme, que está más preparado que ninguno, y ya tiene a su favor la resistencia física, fundamental para afrontar nuevos proyectos.
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