El pasado domingo, día 15, tuvo lugar, en el barrio de la Barceloneta, un acto público presidido por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, para inaugurar una calle dedicada al actor Pepe Rubianes, en el lugar donde estaba la referida al almirante Cervera.

Durante el discurso de la alcaldesa Colau dijo que: "al humorista le hubiera gustado que su amado público se haya reunido para quitarle el nombre de esta calle a un facha y ponérselo al querido Pepe Rubianes".

La alusión a un "facha" se refiere al marino Pascual Cervera y Topete, contraalmirante y jefe que fue de la escuadra de Cuba durante la guerra española de 1898 contra Estados Unidos. Un calificativo no solo injusto sino inadmisible que evidencia, el antimilitarismo, sectarismo y la ignorancia de la señora Colau que debería informarse y documentarse antes de decir barbaridades.

No es la primera vez que la alcaldesa Colau expresa su antimilitarismo en el ejercicio de su cargo. Recordemos cuando con ocasión de inaugurarse el Salón de la Enseñanza, en Barcelona, en marzo de 2016, se atrevió a "expulsar" a los representantes del Ministerio de Defensa que tenían instalado un stand en dicho recinto, diciéndoles que no eran bienvenidos en ese lugar. Por eso, en el caso que nos ocupa ahora, la alcaldesa hizo eso tan de moda de calificar de facha a todo el que viste un uniforme militar.

Veamos. Al ponerle la etiqueta de facha al almirante Cervera, la alcaldesa Colau está demostrando su absoluta ignorancia de la realidad histórica y del personaje en cuestión, fruto de su incultura. Al almirante Cervera difícilmente se le pueda calificar de fascista, ya que vivió entre 1839 y 1909, una época en que los movimientos fascistas todavía no habían surgido. La desafortunada y malévola descalificación, como era de esperar, ha provocado una gran polémica en las redes sociales y medios de comunicación.

Los familiares directos del almirante Cervera se consideran dolidos y agraviados, no solo por la descalificación proferida por la alcaldesa Colau, sino también por la retirada de la placa de una calle que ha dado nombre a su antepasado, al que han denigrado.

El almirante Cervera, comandante en jefe de la brigada naval en la Guerra de Cuba, en 1898, fue un gran marino que le tocó sufrir la incomprensión del Gobierno español que no supo, no quiso o no pudo solucionar o hacer frente a la situación que imperaba en Cuba. Cervera comprendió la desastrosa e inevitable situación que debía afrontar como militar, al cumplir las órdenes del Gobierno. Sabía y denunció el anticuado estado de sus buques, las innumerables carencias de su artillería y la falta de apoyos logísticos que el Gobierno le prometió y no le facilitó. Factores que desencadenaron la derrota naval de su flota a manos de la estadounidense, más moderna, potente y numerosa que la española.

Los hechos de 1898, que confirman la decadencia española y la pérdida de sus colonias en ultramar, alentaron la generación española del 98, con autores como Antonio Machado, a quienes les dolía España. El almirante Cervera, como ellos, también vio venir y fue víctima del declive. Nombrado ministro de Marina, en 1892, dimitió en 1893 por la falta de recursos que el Gobierno no le dio. Sabía a lo que se enfrentaba en Cuba, pero como militar su deber era obedecer. Sin carbón suficiente para sus seis barcos, sin cañones aptos, se enfrentó a una potente armada estadounidense. El desastre estaba anunciado.

Cervera fue una marino y un hombre de honor que supo poner un broche de dignidad en un desastre causado por el desgobierno que no le supo respaldar. Su trato humanitario con los prisioneros estadounidenses le valió la sincera admiración del Gobierno y pueblo norteamericano.

¿De verdad merece ser humillado con el epíteto "facha" y sustraerle su nombre a una calle?