Menudo plan de actividades se ha marcado el Ayuntamiento de Santa Cruz, con su alcalde José Manuel Bermúdez y su equipo de colaboradores al frente, para las presentes Fiestas de Mayo. Desde primeros de mes todos los días he podido leer en EL DÍA la gran cantidad de acontecimientos, ocio, cultura, deportes, algunas de ellas o la mayor parte, gratuitas para el chicharrero, por lo que no queda sino felicitarles y apoyarles en sus iniciativas. De este modo se hace pueblo y el que quiera ser un quejica, a llorar lágrimas de cocodrilo.

Ciudadano protestón lo ha habido y habrá siempre. Recuerdo en mis tiempos de juventud que muchos amigos y conocidos siempre se quejaban de que en la ciudad escaseaban las actividades culturales, pero eso sí, lo decían siempre sentados en un bar jugando a la baraja o al dominó. En mi opinión, Santa Cruz siempre ha contado con una buena programación. Es tan fácil como leer la página de la Agenda Cultural en la prensa escrita y elegir qué le apetece hacer ese día. No es excusa no tener redes sociales o no estar conectado a Internet, siempre hay estrenos de cine, una exposición de pintura en el Círculo de Bellas Artes, una conferencia en el Casino, o teatro y música en el Guimerá. Como ocurría en esa época, hay veces que se solapan las actividades interesantes y debes escoger la favorita. Entonces teníamos también una excelente Orquesta de Cámara dirigida por el maestro Sabina, gran músico y creador. Había teatro tanto en el coliseo como en nuestro entrañable Recreo. Así que por mucho que les moleste hay pocas ciudades de España que tengan tanta actividad como Santa Cruz, pero de indolentes están llenas las urbes.

Este texto de hoy es en realidad una continuación de la semana pasada, pues las hoy Fiestas de Mayo eran las Fiestas de Primavera de antaño. También había actuaciones de música clásica, zarzuela, ópera y muchos eventos callejeros. Las sociedades culturales presentaban sus reinas y celebraban grandes bailes, en el del Frontón, en el Círculo Mercantil y Amistad, en el Casino y el Náutico?, todas sus directivas se afanaban para dar lo mejor a sus socios. Había un concurso de escaparates y las calles estaban siempre llenas de gente que aprovechaban la ocasión para estrenar vestimenta, particularmente las mujeres. Era época de trueques. Mi madre "traficaba" con sobrantes de grano que intercambiaba con una feligresa que vendía prendas íntimas femeninas, y guardaba como oro en paño los cupones semanales del "perrillo", que le permitía ahorrar para conseguir una prenda de más calado.

A finales del siglo XIX y principios del XX, mucho antes de la guerra, destacaba la cabalgata de carrozas engalanadas y la batalla de flores. Mis abuelos tenían un mesón-pensión en la plaza del Patriotismo, haciendo esquina con Emilio Calzadilla, y fui allí donde mi tía Lucrecia y mi madre conocieron a su maridos militares, uno gallego y otro andaluz. Las dos eran muy guapas, pero mi madre llamaba la atención y mi padre era muy celoso. Ya casados, un día que iban los cuatro de paseo por Santa Cruz, a la altura de Castillo con Valentín Sanz se pararon a ver un llamativo escaparate de un comercio de artículos de regalo, y pasó un soldado y piropeó a mi madre. Al comandante le sentó como un tiro, tanto que paró el primer coche de caballos que pasó y se marcharon con él refunfuñando. Mi madre siempre se reía y decía que tenía cuidado de no asomarse a la ventana, pero acabaron teniendo nueve hijos, y desgraciadamente ya nos faltan unos cuantos, igual que de las seis hembras que tuvieron mis tíos. La vida sigue su curso inexorable.

De mi comentario de la semana pasada recibo un correo electrónico en el que Zaida, Yoli y Patri me llaman la atención por decir que Fredy era "algo" alocado, me parecen correctas sus quejas, siento haberlo dicho, pero a esa edad creo que todos hemos sido algo disparatados. Me cuentan que Fredy ha sido y es un hombre de provecho, que lleva con dignidad y cariño el buen nombre de sus padres. Me encantaría poder saludarle personalmente, pues le tuve afecto. Quedo a su disposición y les envío un saludo cordial.

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