¿Quién no ha experimentado la química sexual? ¿Quién no se ha enganchado a una persona sólo por lo que siente cuando está con ella, sin saber si le conviene o no? ¿Quién no se ha podido resistir a esa sensación tan excitante y emocionante que te hace experimentar el máximo de las sensaciones físicas y químicas que te transportan a los lugares más insospechados del placer? La química sexual existe, sí. Lo cierto es que nuestra biología nos otorga sustancias, olores y mecanismos que permiten una atracción física inmediata hacia una persona, sin tener en cuenta otras variables que no sean exclusivamente la apariencia y la química (es decir sin que el razonamiento pueda estar presente como para valorar si esa persona se ajusta a nosotros es otros aspectos, o no). La química sexual tiene como base unos mecanismos muy primarios, con respuesta inminente y en ocasiones muy potentes. Pero ¿cómo funciona?

El principal proceso de la química sexual es la atracción, mediada por las feromonas, que son señales químicas excretadas por diferentes órganos del cuerpo de forma natural y activan las respuestas sexuales de ambos sujetos. Estas feromonas se pueden encontrar en el sudor, la saliva, en los folículos capilares, la orina y en los fluidos sexuales. Al ser percibidas por el olfato, enviarán señales al hipotálamo, que será el encargado de producir los cambios hormonales, produciendo la liberación de los impulsos sexuales. Las feromonas además aumentan el atractivo, el cómo se mueve, cómo sonríe, cómo te habla, y si te roza? te harán transportarte y sentirás corrientes eléctricas por tu cuerpo produciendo grandes dosis de placer el vivirlo. Añadiendo que las feromonas mejoran las relaciones y pueden producir sentimientos de confianza y simpatía. En conjunto todos estos procesos producen actitudes de predisposición semiautomáticas y en gran parte incontrolables.

Entonces, ¿cómo resistirse? Y? ¿por qué resistirse? Puede haber química sexual, pero la persona con la que se activa puede que no nos convenga, bien por estar en pareja, o bien porque esa persona puede no ser adecuada para empezar una relación. El problema es que en ese impulso y sin conocer a la otra persona eso no lo sabremos, y racionalizar en esas circunstancias, puede ser bastante complicado como ya hemos visto. Si estamos solteros dejaremos que la química avance, la viviremos y si somos correspondidos, la disfrutaremos. Si estamos en pareja, y dependiendo de las circunstancias, entenderemos que hay responsabilidades y vínculos que sopesaremos antes de hacer peligrar nuestra relación por un simple momento de gloria. Aunque si nos pilla en momentos bajos, esa química, de la cual uno no es responsable, puede hacer tambalear toda racionalidad. Se puede caer en el juego y ya ahí viene el peligro del enganche. La química actúa como una droga, de la que a veces, es muy difícil desengancharse.

Es verdad que muchas parejas que existen hoy en día se iniciaron a través de la gran química sexual que nació entre ellos, y esa química ha sido la que los mantiene. Gracias a que, además, el resto de las variables eran favorables, se adaptaron a cada uno de ellos y pudieron crear una pareja sólida en el tiempo. Pero también es verdad que otras muchas parejas con gran química se siguen manteniendo exclusivamente por ella, siendo un caos el resto de su relación, pero el enganche que tienen hace que permanezcan juntos, aun cuando no se entienden fuera del ámbito sexual. Se sabe que esas relaciones suelen durar lo que la química tarda en desaparecer, que lamentablemente puede ser variable en función de cada organismo. Y digo lamentablemente porque suelen ser parejas que viven en una montaña rusa, donde todo se soluciona en la cama, y fuera de ella no suelen ser grandes compañeros de vida. Grandes amantes sí, pero con gran pobreza conyugal.

¿Entonces? Llega el momento de saber qué es lo que queremos en la vida, la química es maravillosa, por supuesto, pero ¿y después?... ¿Qué nos queda? Analizaremos nuestro caso en particular y decidiremos, pero antes me gustaría comentarte algo, ¿sabías que el verdadero secreto de la atracción va más allá de la química y del físico? No digo que no sea importante, pero la verdadera magia reside en la compresión entre dos personas, dos personas que armonizan, que se entienden, que se quieren, que se adelantan a las necesidades del otro, que desean el bienestar y la felicidad conjunta. Dos personas que sintonizan con el mundo emocional del otro. ¿Eso? Esa es la verdadera fuerza de la atracción. Sentirte comprendido y amado al mismo tiempo es el motor de una unión. Estar con alguien que te hace sentir y ser mejor persona y por ende mejor pareja, ese es el secreto.

El sexo con química es fácil, pero efímero y si puedes, disfrútalo, pero? ¿no te apetece conseguir la magia?

*Psicóloga y Terapeuta

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