Estamos a favor de la regularización y legalización de la honestidad, y así defendemos y amparamos a los consumidores de esta virtud viciada a lo largo de la historia política. Luchamos por los derechos del usuario de la equidad y la honradez, y por eso conminamos a las autoridades a permitir el acceso legal, que aún hoy sigue siendo un derecho por conquistar. De igual manera, hacemos un llamamiento para armonizar las palabras con los hechos, teniendo como objetivo del mensaje a aquellos políticos sin identidad ni coherencia, que, pese a gestiones nefastas y corruptelas con sentencias judiciales, siguen orgullosos de sí mismos. Aunque ser consumidor de justicia y honradez no esté prohibido, los que se manifiestan en pro de esta rectitud sí lo están, y la adquisición o tenencia en parlamentos y administraciones públicas, también. Así mismo, la frontera que separa el autoconsumo, sea a título individual o de partido político, genera un delito contra la salud pública de aquellos que depositaron su confianza en sus representantes y les fallaron, a día de hoy, sin tipificar en el código de la dignidad. La Organización Mundial de la Lucha Social, así como el Ministerio de Dignidad Internacional, han manifestado claramente que los derivados de la desobediencia civil pacífica en el organismo producen unos efectos menos nocivos para éste que los producidos por otras acciones como la prevaricación, el nepotismo y la malversación de fondos públicos. Cada año millones de personas sufren las consecuencias del engaño y la mezquindad política, mientras que en toda la historia no se conoce ni una sola muerte por ejercer, con el derecho que otorga la condición de ciudadano, el noble arte de la reivindicación por las causas justas. Según el Ministerio Vecinal de la Corrección Pública, todo individuo tiene derecho a poder ser libre para exigir a sus representantes la aplicación de la honestidad en sus responsabilidades públicas, por lo que deben ser respetados y no criminalizados o sancionados moralmente. Ante el alarmante panorama de corrupción que presenta hoy la política nacional y con el deseo de proponer respuestas nacidas de la sociedad civil, la Asociación Ciudadana por la Legalización de la Honestidad en la Política manifiesta su deseo de hacer de la misma una de las más nobles actividades a las que el hombre puede aspirar, y no una especulación inmoral basada en favoritismos, cuitas políticas y desmanes varios; que la gestión pública en una sociedad abierta y democrática debe proporcionar un plus ético de ejemplaridad.

La asociación insta a las autoridades a recuperar y reintegrar en nuestra sociedad el derecho a la honradez para que constituya una necesidad vital. De la misma manera, cabe también exigir a todos los sectores sociales que refuercen los controles en el cumplimiento de la honestidad además de establecer los mecanismos de respuesta que ayuden a expulsar los comportamientos tiránicos. Esta asociación, creada desde el desencanto, cuenta con enorme respaldo social y la confianza de quienes exigen este paradigma. Será la propia sociedad quien los absuelva.

@luisfeblesc