Mató a uno de los dos ladrones que apalearon a su mujer y a él mismo mientras entraron a desvalijar su casa al más brutal estilo de los delincuentes del este. Lo querían hacer rápido, golpeando y amedrentando a la familia para salir con el supuesto botín en menos que cantara un gallo. Jacinto hoy cuenta con 86 años y fue condenado por estos hechos a más de dos años de cárcel. Este lunes, el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) anuló el juicio que se llevó a cabo hace unos meses, entre otras cosas, porque el jurado interpretó que el acusado debió haber manejado otros recursos antes de disparar el gatillo. Y este es el punto fuerte donde se basa el TSJC para dar por nula la contienda y obligar a que se repita. Jacinto fue condenado porque el jurado no estimó la legítima defensa como completo eximente.

Las redes sociales, las firmas a través de internet, la legítima defensa de Jacinto y la masiva indignación popular, que sigue siendo hoy un clamor, han coincidido con la resolución del TSJC que entiende el juicio de la condena como invalidado. El caso de Jacinto Siverio es una excepción, pero no podemos permitir que esta isla nuestra se convierta en algo parecido a un gueto albanokosovar. A la mujer de Jacinto le estaban dando una paliza de mil pares de demonios delante de sus narices. Una anciana pateada por dos jóvenes, mientras su marido, de entonces 83, temiendo por su vida y la de su cónyuge, recuerda que tiene un arma en casa y dispara a uno de los torturadores con el fatídico resultado de su muerte. Pero yo tengo que reconocer que seguramente hubiera actuado como Jacinto, y me pregunto qué otra cosa puedes hacer en esas circunstancias de crueldad desaforada de un ser amado. Y si bien la mayoría no somos partidarios de las armas ¿ustedes que demonios hubieran hecho?

@JC_Alberto