"Nadie puede hacer el bien en un espacio de su vida mientras hace daño en el otro. La vida es un todo indivisible".

"No hay camino para La Paz. La Paz es el camino".

Mahatma Gandhi

Comenta mi particular querido amigo Alejandro José Gallard Prio, en su editorial del portal digital El Archivo de este domingo 22 de julio, un tema que no tiene desperdicio y que vamos a darle toda la publicidad posible por su incontrovertible triste realidad?

Alejandro dice así: "El ser ''malagradecido'' es un virus que carcome y hace perder el concepto más bello del ser humano; la oportunidad de expresar, en palabras o gestos, la alegría de ser útil al prójimo, cosa que para los menos afortunados es vital".

"En la vida no hay felicidad sin agradecimiento, ya que la humanidad tiene una gracia que Dios le otorga: que aun siendo diferentes, todos nacemos ''dotados por el Creador de ciertos derechos inalienables, entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad'' (citando la declaración de independencia de EE UU) y ''amando al prójimo como a ti mismo'', agregamos en El Archivo, por aquello de ''creados a su imagen y semejanza'', porque la falta de amor deshumaniza".

"Los gobernantes de países donde la pobreza alcanza al 80% de la población son resultado de una gran falta de un sistema de educación integral, es decir, de una pobrísima preparación básica para que la juventud, después de una sólida Escuela Primaria, pueda integrarse a la fuerza laboral y política para con ello formar parte de ese ejército de trabajadores que pagan impuestos y deciden el curso del país. Los responsables de la Administración Pública, no solo son ''malagradecidos'', sino que son irresponsables e idiotas, ya que un pueblo sano y preparado mantiene el flujo de ingresos que alimentan el presupuesto que paga sus sueldos y prebendas, que es lo tradicional en la burocracia mundial".

Todo esto, que parece tan simple de entender, se les convierte en un galimatías a quienes llegan al poder faltos de las luces necesarias, para entenderlo en su más alto grado. Así nos va, contemplando las más horribles injusticias humanas, sintiéndolas en nuestro entorno, incluso en carne propia, viendo desmoronarse los mas grandes proyectos de convivencia y conocimiento humano por culpa de esos "malagradecidos" faltos de luces, que retrata fielmente Alejandro José, en su extraordinario y enjundioso comentario.

El conocimiento y la preparación humanística de Alejandro José se unen a una larga y vasta experiencia, cuya idealización la tenemos más que concretada en las siguientes líneas:

"En los países gobernados por ''indispensables'', estos consideran a la nación como su propiedad privada. Si los ciudadanos ejercen su derecho a reclamar, atreviéndose además a exigirles una rendición de cuentas, son considerados enemigos a los que hay que eliminar sin contemplación alguna, acusándolos de ''amenaza para la paz y el progreso'', cliché de todo gobierno populista, sobre todo de este dizque ''cristiano y solidario'', y de ''infiltrados de esos imperialistas, donde los pueblos son marionetas'' de lo que lo que ellos llaman ''nefastas democracias representativas'', que ''engañosamente permiten expresar sus desacuerdos y ejercer sus derechos a luchar por su bienestar; sueños inventados para mantener a los pueblos en la esclavitud y la miseria".

"Desgraciadamente persisten en nuestra América gobernantes corruptos que se consideran predestinados por el Creador; una aberración que aprovechan los ''vivianes'' de siempre para pegarse a la fuente inagotable de los presupuestos estatales, cosa que se convierte en una espiral de corrupción que mantiene a los pueblos ilusionados con falsas promesas y mendrugos populistas; enfermos, desnutridos y en una total oscuridad educacional, donde la moral y la ética ciudadana es totalmente desconocida. En verdad muchos de ellos son unos ''malagradecidos'', ya que se olvidan de sus orígenes, pues al escudriñar sus procedencias es obvio que ninguno de estos ''predestinados'' nacieron con ''cucharita de plata'' en su boca".

"Nuestro título nos llama a no ser ''mal agradecidos'', o sea, a reconocer las bendiciones que Dios nos ha dado en la vida, que en verdad es el caso de los que residimos en este paraíso tropical de nuestras Américas. Sin embargo, la patria nos llama a la lucha por un mejor futuro para nuestros hijos, a ejercer nuestros derechos y obligaciones con justicia y en libertad, y a rebelarnos cívicamente hasta lograr que se respeten esos inalienables derechos ciudadanos que como citamos en el segundo párrafo: nos ''dotó el Creador para vivir en libertad, paz y felicidad''".

Cuando la fortaleza de nuestra vida nos ha llevado por los mas extraños senderos, donde los ''malagradecidos'' han salido hasta de debajo de las piedras cargando su mochila -no es ninguna alusión personal, que conste-, sin importarles para nada el daño que hacen al mundo, no podemos permanecer indiferentes ante la evidente injusticia que nos rodea, viendo a la humanidad buscando comida en la basura, o a los mas famosos ¿? personajes de eso que retrata Alejandro José como "la administración pública" -adrede con minúscula-, donde parece estar todo ese meollo de desconocimiento y falta de luces, que a nosotros, particularmente, nos lleva hasta un caso ejemplar que demuestra indiscutiblemente hasta dónde hemos llegado y en manos de quiénes estamos los ciudadanos honestos, honrados y, naturalmente, con las luces suficientes para saber dónde estamos parados.

"Amemos al prójimo, compartamos y aceptemos la diversidad, solo así lograremos la felicidad y la Paz?".

*Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial de Turismo (UNTWO)