Antes, no hace mucho tiempo, se consideraba a una persona inteligente por sus estudios, cuando muchos de ellos consistían solo en memorizar. Y muchos coinciden en que la memoria es la inteligencia de los torpes. Los niños más galardonados y que se convertían en ejemplo eran los que conseguían sacar buenas notas. Pero hasta hace muy poco eran reducidas las personas que se percataban que el ser humano, para lograr sus metas necesitaba de otro tipo de inteligencia. Hoy se sabe que el cociente intelectual no es la herramienta fundamental para triunfar en las metas que nos propongamos. A Mario Alonso Puig, cirujano, escritor y sujeto inquieto en la época que vivimos, manifestaba que el cociente intelectual de los individuos solo influye en el 8% del éxito en la vida.

Cuenta este personaje en cuestión que hay dos inteligencias fundamentales en todo un entramado de inteligencias múltiples. De las dos que destaca la primera es la intrapersonal, que es la capacidad de reconocer nuestros estados emocionales y poderlos modificar de manera positiva. Si te levantas sin ganas de hacer nada y no puedes manejar esa conducta, o tienes ira y no sabes canalizarla de una manera adecuada, o miedo y no sabes superarlo, es difícil que progreses en la vida. La segunda es saber qué pasa en la otra persona y relacionarte con eso. Estas son las inteligencias claves para tener éxito en la vida. Y ninguna está en el cociente intelectual. Y la experiencia demuestra que muchas personas que han conseguido grandes éxitos, estos no son atribuibles al cociente intelectual, y esto es fantástico porque no niega el cociente intelectual, sino que expande nuestra inteligencia. Y son estos los tiempos en que comenzamos a pensar que debemos enseñar a manejar nuestras emociones, y que con ello podremos superar a cualquier lumbreras.

JC_Alberto