Con la cara de los grandes psicópatas americanos, el asesino de John Lennon podría salir de prisión. Mark Chapman acribilló a balazos al exBeatle el 8 de diciembre de 2008 cuando entraba junto a Yoko Ono, su esposa, en su casa del famoso edificio neoyorkino Dakota. Lennon había firmado ese mismo día un autógrafo a este enagenado mental que lleva 37 años en prisión. Y mientras la justicia estadounidense se plantea ponerlo en libertad por buena conducta (ahí es nada), tras haberlo solicitado el reo en nueve ocasiones, yo no entiendo nada. Jamás he entendido los dogmas por los que se condena a muerte en un estado a vaya a saber usted quién y en otro se deja en libertad a quien acabara, en el portal de su casa y delante de su viuda, con uno de los más grandes iconos de la música mundial.

Hoy, la casa de Lennon sigue siendo un altar de flores, cartas y fotos cada aniversario. No en vano la canción más versionada según datos oficiales es "Yesterday", cuya letra la compuso nuestro protagonista de hoy. Lennon y Mcartney, junto a George Harrison y Ringo Star, fueron junto a los Rollings Stone, dos grupos que marcaron una nueva tendencia en la música, inventaron algo que no existía y hoy sus discos se siguen escuchando a todo trapo. No en vano, Michael Jackson, en vida, compró los derechos de los temas de los Beatles y se atrevió a cantar alguna de sus obras maestras como "Come Together". El mundo de la música yace atónito al levantarse con una noticia que parece impensable por la relevancia de un ídolo que logró componer en tiempos de lo más hostiles cantos a la unidad del mundo que han trascendido de una generación a otra como pudiera ser "Imagine". Yo tengo que confesar que nunca, jamás, he entendido esta parte de la legislación americana de asesinatos y puestas en libertad, cuando por un delito menor no vez la luz ni de coña. Qué cosas.

@JC_Alberto