El mercado laboral ha vuelto a sorprender con una recuperación de empleo en el primer trimestre del año, para 470.000 trabajadores, llegando en nuestro país hasta 19,34 millones de ocupados y un 15,28% de tasa de desempleo.

Los datos de Canarias mejoran proporcionalmente y la ocupación ha crecido en 58.000 personas (un 12,34% del total nacional y muy por encima del 4% que representa nuestra economía en el conjunto del país), lo que ha venido bien para seguir bajando la tasa de desempleo hasta un 20%, muy por debajo del 33% que llegamos a soportar en el punto álgido de la crisis.

O sea, que creamos empleo, bajamos el paro y subimos el número de trabajadores.

Ahora tenemos que trabajar paralelamente en la cualificación del empleo, donde la estacionalidad no deseada por el trabajador debe converger hacia la estabilidad en el empleo, así como en la mejora de sus retribuciones de manera productiva.

Y cuando hablamos de generar renta y empleo no podemos olvidarnos de los autónomos para cerrar el círculo virtuoso de progreso y competitividad que necesita Canarias.

Debemos demandar financiación suficiente para unas políticas activas y pasivas para el empleo, para que, dentro del fluido diálogo social de Canarias, podamos apuntalarla cualificación, la contratación empresarial con calidad y salarios actualizados, con acciones en la sostenibilidad, inversión interna y del exterior, políticas salariales incentivadas, condiciones de contratación estables, control del absentismo injustificado, o la persecución de la economía sumergida.

Y mientras la persona que quiere trabajar o emprender pasa por una situación de paro o inactividad, debemos sostener una prestación para el desempleo digna, así como una protección social para aquellos procesos de contratación que se dilaten en el tiempo y condicionen el bienestar de las familias.

Tenemos que exprimir todas las oportunidades en beneficio del empleo, haciendo posible lo aparentemente dificultoso.

*Vicepresidente del Consorcio de la Zona Especial Canaria