Hace unos días leí, en la contraportada de un periódico, que ya se están haciendo cábalas sobre las próximas listas electorales, quiénes ocuparán los primeros puestos de salida, qué personas seguirán y un largo etcétera de conjeturas de todo tipo.

Sinceramente, creo que ahora los ciudadanos y ciudadanas están deseando que los que estamos gestionando lo público resuelvan sus problemas cotidianos, que trabajemos todos "codo a codo" sin mirar los colores políticos para poder sacar este país, esta comunidad, esta isla adelante y, sobre todo, que se viva en la realidad de los hechos. Eso es lo que están deseando los ciudadanos y lo que esperan ansiosamente de nosotros, de todos nosotros.

Por supuesto que en un sistema democrático debe funcionar la idoneidad de las candidaturas políticas y las estructuras de los diferentes partidos, que son los pilares de la democracia participativa, pero sin duda, debe estar unido al interés general de la ciudadanía con la finalidad de que se sientan identificados con aquellas personas que han elegido para ejercer funciones de gobierno y para trabajar por el interés público.

También es cierto que existen personas y mentideros a los que "les encanta" dar cábalas. Se pueden sentar a desayunar y son capaces de arreglar, de poner y de quitar y empatar el desayuno con el almuerzo (desde hace años se denominan brunch). Pero lo más alucinante es que, muchas veces, son personas que están en lo público pero que les encanta y viven de manera "muy intensa" la polémica, la cabalística, la presunción, la siembra de rumores y la insidia, llegando hasta dar fechas de "mociones de censura". Lo mejor y lo esperado es que todos nosotros trabajemos arduamente en las funciones que nos ha tocado desempeñar y que ocupemos todo nuestro tiempo en resolver los problemas de los ciudadanos, que para eso nos han elegido. Llevamos mucho tiempo con "cabañuelas políticas".

Mi humilde opinión, que seguramente tampoco será compartida por todos y cada uno de los militantes de mi formación política, es que el sistema debería cambiar profundamente. Ya es tiempo, en la situación que nos está tocando vivir, de que el sistema electoral y la Ley Orgánica del Régimen Electoral General sean sometidos a profundos cambios. Debemos abogar por las listas abiertas para que los ciudadanos y ciudadanas puedan expresarse con una mayor libertad y que su elección no quede en "agua de borrajas", que exista una autentica participación y que la política ilusione cada vez más al sentirnos todos muy partícipes de los programas electorales. La ciudadanía es lo suficientemente inteligente para saber que personas están trabajando, quienes trabajarían incansablemente y quienes se merecen su confianza. El sistema de listas abiertas haría que la ciudadanía confiase aún más en quienes deben tener responsabilidades con su elección directa y, en definitiva, se sintiera más identificada con nuestro sistema democrático.

Los rumores en política son totalmente inevitables. Todos los hemos vivido alguna vez y la manera de combatirlos es trabajar en equipo para conseguir los objetivos que desean los habitantes de esta isla.

Hoy se necesita el consenso, la concertación, el diálogo con todas las fuerzas políticas y todos los agentes sociales. Hoy más que nunca debemos sentarnos las horas que hagan falta para intentar cambiar muchas cosas de este sistema democrático que, en un mundo tan cambiante, no se puede quedar obsoleto como si aún viviéramos en el año 1979. La política va a una velocidad tan vertiginosa que un amigo se fue a Vietnam y cuando salió de España gobernaba Mariano Rajoy, pero cuando regresó del país asiático estaba ya rigiendo los destinos de este país Pedro Sánchez.

Hay una generación que viene " pisando fuerte", una nueva generación que es la más preparada de toda nuestra historia y que son una gran masa crítica y participativa de nuestra sociedad. Una nueva generación que ve la política desde otro prisma, desde un punto de vista más aglutinador, más dialogante y más real. Es nuestro gran recurso, es nuestra gran esperanza, todos esos jóvenes que visualizan la política desde otro espacio vital. A veces decimos que "pasan de la política". Yo humildemente creo que no es cierto. Realmente desean profundos cambios y oportunidades.

Por eso, después de leer esa contraportada de cábalas, posibilidades aritméticas, fórmulas de rumores, encajes de bolillos y un largo etcétera, pienso que mañana es lunes y que debemos trabajar, como comenté anteriormente, para buscar el diálogo, el consenso, la armonía, la batalla de ideas, la participación ciudadana y así poder avanzar en la consecución de objetivos participativos.

Aún queda casi un año de legislatura y la vida política lleva su curso, y por supuesto que se deben elegir a las personas que estarán en las listas electorales con antelación suficiente, para que la ciudadanía pueda conocer su proyecto y el de su formación política, pero no debemos perder la verdadera esencia para la cual nos han elegido: solucionar sus problemas cotidianos, los de corto, mediano y largo plazo. Para ello hay que planificar, actuar, trabajar, consensuar, dialogar... No caigamos en la tentación de volvernos "cabalísticos" y perder un tiempo precioso que no volverá nunca más, sobre todo, si ese tiempo es para trabajar para los demás.

*Vicepresidente y consejero de Desarrollo Económico del Cabildo de Tenerife

@Efraincan