La oposición ha decidido que Coalición Canaria lleva mal aparcada en el Gobierno desde hace demasiado tiempo y se la quiere llevar con el caso Grúas. Cuando el actual presidente, Fernando Clavijo, fue alcalde de La Laguna, dio un crédito a una empresa municipal que atravesaba dificultades. Los tipos devolvieron la perras, pero se sostiene que fue ilegal. Ya sé que suena a poca cosa. Pero teniendo en cuenta las condenas por hacer un parking público en suelo público, en este caso a Clavijo lo pueden condenar a la silla eléctrica. Y además, la oposición no es boba. Por si finalmente no funciona este misil, ya está en marcha una segunda bomba con espoleta retardada sobre el levantamiento de no sé cuantos reparos.

La oposición querría haber subido a Clavijo hasta el monte de la Audiencia Provincial, para hacerle un degüello ceremonial con un cuchillo especial para chivos expiatorios. Pero la deriva procesal se llevará el asunto hacia el Tribunal Superior de Justicia y Grabaciones Mutuas de Canarias. Y en tanto todo eso ocurre, los grupos en el Parlamento han decidido aprovechar el momento para hacer la colada y quieren que Clavijo comparezca ante el Pleno.

¿Para qué? Para lo de siempre. Para el teatrillo. El presidente, como es obvio, sostendrá su absoluta inocencia y limpieza. Y la oposición, en mayor o menor grado de intensidad -según se esté más cerca o más lejos de la opción de gobernar- mostrará su indignación y acusará al candidato de Coalición Canaria de estar "moralmente" incapacitado. Un par de horas de mítines políticos, con alguna repercusión en los medios de comunicación, y dietas pagadas por los ciudadanos que en esos momentos estarán en la playa refrescándose los carcañales.

Poner todos los huevos en una cesta judicial, para la oposición es arriesgado. Clavijo puede acabar exculpado de toda responsabilidad antes de las elecciones. Por eso los dos grandes partidos, con más experiencia en esto de los juzgados, le están poniendo un poco de prudencia. El PP, que carga con lo suyo y ahora con lo de Casado, mantiene un perfil bajo. Y en el PSOE "oficial" se echa mano del manual de la ética. Los demás no están por las sutilezas. Van a ordeñar el momento procesal con el "pleno publicitario". Y si luego lo absuelven va a dar igual. A la gente le importa un pimiento.

La cantidad de basura indiscriminada que se han arrojado en los últimos años unos a otros ha producido, como en el caso del abuso de antibióticos, la inmunidad social. En el cambalache político todos parecen iguales, aunque no lo sean. Aquel se compró un chalé, el otro un máster, el de más allá vuela por la cara en aviones oficiales, el de más acá cobró un sobresueldo... Lo que han conseguido todos es denigrarse colectivamente. Y lo saben. Pero a ellos también les da igual. Mal de muchos consuelo de tontos. Debe ser por eso.