Estos días nos presentan como noticias dos hechos: por un lado, el crecimiento del paro en las Islas y, por el otro, la importación de papas para consumo en los primeros días de septiembre, con un alto volumen de esta última, y que en buena lógica debemos entender ya que hemos pasado de sembrar 15.000 has hace treinta años a solo unas pírricas 4.000 has este año, importando el pasado año algo más de 69.000 Tm3, lo que supone haber perdido, solo en el cultivo de la papa, más de 10.000 puestos de trabajo. No podemos mirar solo para el sector servicios como alternativa laboral; cuando importamos papas, importamos paro y miseria social y ambiental en nuestra tierra.

El campo es posible y hoy genera calidad de vida, ya que en los pueblos han mejorado las comunicaciones, la sanidad y este año, en el caso de este cultivo, los agricultores han conseguido entre 0,40 y 0,80? por kilo (no todos podemos ser funcionarios o camareros). Además, tenemos manera de mecanizar gran parte de las faenas en el campo, el suelo no es una barrera como hace unos años, con cargas feudales con los dueños de las tierras.

Hoy hay terrenos para cultivar en las medianías húmedas, en el norte de las islas, terrenos en que los que podemos cultivar papas, cereal, legumbres,? para contribuir también a crear una barrera entre las zonas pobladas y el monte. Actualmente, miles de hectáreas cultivadas hace unos años de papas y cereal son hoy matorral, apropiado para el fuego.

Papas y paro?. Ante la crisis agraria, este año 2018 nos adelantamos importando papas de consumo en los primeros días de septiembre. La corta cosecha propia este año solo dio para cubrir el mercado de unos pocos meses, centrados entre los meses de mayo y agosto. No tenemos campesinos y sí tenemos más parados. Las papas son un cultivo que permite vivir de la tierra. Hemos hablado con numerosos agricultores que les va bien, las papas las han vendido con precios que garantizan costes, situándose, por ejemplo, en el caso de las variedades antiguas (papas de color) entre dos y tres euros.

Faltan agricultores con ilusiones y ciudadanos que valoremos comprar y dignificar la producción de la tierra. Se requiere un cambio de mentalidad que tiene que ver con un pueblo que reconozca el trabajo y el esfuerzo de nuestros campesinos, y que también entienda el autoabastecimiento como un valor, una oportunidad cultural y ambiental. Las papas inglesas exportan parados para Canarias, y además lo hace a unos precios (este año cuestan en torno a 0,80?/kilo) que para nuestros agricultores serían rentables.

Superemos la leyenda anticampo, incorporando hombre y mujeres, sin alergias al sacho, al merry, al tractor, etc, Superemos las leyendas degradantes de la papa suave.

El Consejero de Agricultura del Gobierno de Canarias y algunas instituciones locales: Cabildos, Ayuntamientos, han mejorado la actitud hacia el campo, con actuaciones orientadas a reducir el coste de la semilla, los frenos a la importación cuando tenemos cosecha propia, las mejoras de Cultesa en las variedades locales, la actitud de restaurantes y hoteles hacia la producción local y últimamente los colegios demandando productos de la tierra. Otro campo es posible si cambiamos de mentalidad.

Papas de importación es igual a aumento de parados y campos cubiertos de maleza.