Son, se dicen ellos de sí mismos, una amalgama de personajes incrustados en lo público y semipúblico, que hacen de esto su forma de vivir y de estar en la sociedad. "Demócratas" de conseguir sus pretensiones, de colmar sus intereses bajo la concepción de derechos; nunca de deberes. Es el triste sino que, parece ser, nos depara esta sociedad que llevamos años pergeñando.

Creía yo, ilusionadamente, que con el esfuerzo de los personajes políticos que nos ofrecieron una Constitución, la de 1978, España podría mirar a un horizonte límpido en el que desarrollaríamos nuestras potencialidades; conduciríamos nuestros derechos y deberes en la sociedad democrática que se nos abría; pasaríamos la página de nuestra historia reciente: la Guerra Civil, sus prolegómenos y sus consecuencias; emprenderíamos el camino hacia una sociedad formada por nuevas generaciones descontaminadas de aquel horror. Y lo conseguimos. O así me lo pareció.

El tiempo reciente, próximo, pasado y el actual demuestran cómo aquella amalgama de personajes prostituyen la democracia cada vez que la citan ¿Hay algo más incoherente que un redomado fascista que se tenga por demócrata? ¿Cómo se pueden tildar de demócratas a sí mismos el títere del Sr. Puigdemont y aun este mismo? Un irresponsable fugado de la justicia para no dar cuenta y asumir las consecuencias de sus actos. Llegado a este punto se me ocurre plagiar una cita del expresidente de los EEUU, Sr. Obama, que leía en la madrugada del día 9: "En las últimas décadas, la política de división, resentimiento y paranoia desafortunadamente encontró un hogar en el partido Republicano". Cambiemos "Republicano" por "Convergencia de Cataluña" y la cita es para enmarcar. Claro que también se la podemos meter en el bolsillo al Sr. Zapatero y al Sr. Sánchez, por acción, y al Sr. Rajoy por omisión.

Y, en estas, me encuentro con que el secretario general de la UGT (sindicato al que entregué parte de mi vida), don José Álvarez, le pide al Gobierno (el del Sr. Sánchez) que realice cambios laborales "vía decreto ley" evitando así que las reformas pasen por la Mesa del Congreso.

Otro "insigne" demócrata, para quien el Congreso de los Diputados, institución de nuestra democracia representativa, parece que solo sea un echadero. A lo peor le hace esta petición al Sr. Sánchez considerando que eso es lo normal, viendo cómo el actual presidente del Gobierno pretende desconsiderar al Senado en asuntos de Presupuestos Generales y techo de gasto.