Esta semana constatamos con asombro que el Gobierno en minoría de Coalición Canaria tiene confundido el rumbo. El hecho de que una consejera de Educación y un consejero de Sanidad defendiesen a ultranza -dirigidos con joystick por Fernando Clavijo- la implantación en las aulas de videojuegos competitivos y lo hiciesen en el Parlamento de Canarias es la muestra de que este Ejecutivo no tiene ni idea de lo que pasa en la calle.

El Parlamento es el lugar que representa a la ciudadanía de las islas, el espacio donde debe hablarse de aquellas cuestiones que preocupan a la gente, de sus problemas reales. En una comunidad autónoma donde casi la mitad de la población está en riesgo de pobreza y exclusión social, donde los resultados educativos son de los peores de España, donde cada vez es más complicado acceder a una vivienda, donde la apuesta por la sanidad de calidad existe solo con la privada, donde estamos en el vagón de cola en dependencia? la consejera de Educación se atreve a decir, tan alegremente, que las familias demandan los e-sports en los colegios canarios y su Gobierno moviliza 211.520 euros para ello sin dudarlo.

Solo dos días después de que el pleno de la Cámara asistiese atónito a los argumentos del consejero de Sanidad, José Manuel Baltar, sobre los "beneficios para la salud" de esos videojuegos competitivos -elegidos a saber bajo qué criterio y solo para algunos centros de Canarias- y el mismo día en que leemos en los periódicos y de boca de la consejera de Educación que el Gobierno "defenderá hasta el final" el proyecto, aparece Soledad Monzón anunciando que se retira la liga escolar. Sí, es la misma consejera en ambos casos.

Es muy importante que seamos conscientes de que no estamos ante una rectificación del Gobierno. Estoy convencida de que este Gobierno de Fernando Clavijo considera prioritario promover los e-sports entre el alumnado canario, porque desconoce la realidad de las aulas canarias y la realidad general del archipiélago. Lo que ha sucedido es que CC no ha podido soportar más la presión y no ha sido capaz de continuar defendiendo lo indefendible.

Se ha impuesto el sentido común gracias a la presión ejercida por toda la comunidad educativa y por grupos políticos que, como el PSOE, hemos venido advirtiendo desde antes del verano de que no estábamos ante un asunto baladí.

Mi compañera Nayra Alemán explicaba esta semana que el Cabildo de Tenerife gasta en un día el doble en e-sports que en un año entero en el deporte base. El gasto por dos citas de la liga de videojuegos que fomenta el Gobierno en minoría de Clavijo roza el millón de euros por los 530.000 euros del fomento del deporte de cantera.

Por otro lado está la dimensión sanitaria de la cuestión. El aumento de la actividad física en la población española puede reducir un 10 por ciento el gasto sanitario y lograr un ahorro anual de 5.000 millones de euros, pero es que la propia Organización Mundial de la Salud reconoce la adicción a los videojuegos como una enfermedad.

Lo que resulta verdaderamente alucinante es que este Gobierno haya apostado por una iniciativa como esta, que la haya defendido a ciegas durante tanto tiempo y, sobre todo, que en solo tres días, la consejera de Educación y el consejero de Sanidad hayan cerrado filas en torno a Clavijo para luego anunciar que la liga se retira. Este Gobierno se desautoriza a sí mismo, se desacredita a sí mismo y es la sociedad canaria la que ha ganado la partida. Game over a Clavijo.

* Portavoz parlamentaria de Educación del PSOE Canarias