Santa Cruz acoge estos días la Copa del Mundo de Baloncesto Femenino, una cita para la que la ciudad se ha preparado a conciencia en aras de ofrecer la mejor imagen posible; la imagen de un municipio amante del deporte y con infraestructuras adecuadas para su práctica.

La celebración del Mundial ha supuesto un gran esfuerzo para el ayuntamiento en la adaptación y mejora del pabellón central Quico Cabrera, pero precisamente ese esfuerzo será el que permita a todos los chicharreros utilizar sus remozadas instalaciones desde ya.

Tengo muy claro que la acción municipal en este ámbito debe compaginar la ejecución de infraestructuras y equipamientos, para el desarrollo de competiciones profesionales de primer nivel, con la habilitación de espacios para que todo aquel que quiera hacer deporte, como mero aficionado, se pueda ejercitar en las condiciones más dignas posibles.

Es decir, el deporte de élite y el amateur deben convivir en la ciudad. Y es el ayuntamiento el que debe propiciar las condiciones para hacer posible esa conjunción, de manera que sigamos construyendo una sociedad más sana e impulsando hábitos de vida saludable.

La obra del pabellón es, en esa dirección, ejemplar. Porque hemos podido acondicionar una instalación que presentaba diversas deficiencias debido al paso de los años y ponerlas ya al servicio de todos los clubes que suelen utilizarlo.

Además, la Junta de Gobierno aprobó en su última reunión el proyecto para la reforma completa de las instalaciones que forman parte de la manzana del Quico Cabrera, una actuación que nos dejará un complejo deportivo de primer nivel.

Estos proyectos, probablemente los de mayor impacto en la opinión pública, por dimensión y presupuesto, no deben ocultar los programas que desarrolla el ayuntamiento en materia de infraestructuras deportivas a lo largo y ancho del municipio. Me refiero, por ejemplo, a las obras de acondicionamiento que hemos realizado y seguiremos realizando en los campos de fútbol o en los polideportivos de nuestros barrios.

Son obras más humildes, pero tan importantes -o más- para alcanzar esos objetivos que citaba anteriormente. Porque la práctica deportiva nace, en primera instancia, en la calle y en el barrio, lugares donde se suele desarrollar en los niños esa pasión por la actividad física.

Y también en los colegios. Hemos iniciado un programa de techado de las canchas deportivas de los centros de enseñanza pública, de modo que cada año podamos acometer la construcción de cinco de ellas. Se trata de facilitar la práctica del ejercicio durante todo el año, con independencia de las condiciones meteorológicas, evitando los efectos del sol y de la lluvia, y habilitando un espacio que pueda ser utilizado también para otros fines, tanto por la comunidad escolar como por los vecinos, una vez acabada la jornada lectiva.

La gestión en materia de dotación de infraestructura y equipamiento se completa con una potente oferta de actividades extraescolares deportivas y con el apoyo municipal a los equipos federados de base.

Porque nuestro objetivo es que todo aquel que quiera hacer deporte en la ciudad lo pueda hacer en las mejores condiciones y lo más cerca posible a su casa.

*Alcalde de Santa Cruz de Tenerife