Llevamos décadas reivindicando las obras de infraestructuras que Tenerife necesita, la sociedad demanda y la economía requiere; no se ha hecho casi nada, la situación no es que esté igual, es que está peor, la Isla está colapsada, caótica y desvertebrada, las colas y los atascos son constantes, a todas horas y en cualquier lugar, estamos en una isla completamente inmovilizada.

Ha transcurrido el tiempo, se ha perdido de manera incomprensible, notándose más, cuando en las otras islas del Archipiélago se han ido ejecutando las obras sin dilación. La planificación de las infraestructuras, y especialmente en carreteras, se tiene que hacer con mucho tiempo de antelación y después respetar lo que se ha establecido como imprescindible. Aquí no se ha procedido basándose en ese principio lógico, se cambian las prioridades al albur de las ocurrencias del responsable público de turno y así nos va.

El Pleno del Cabildo Insular aprobó definitivamente, en sesión extraordinaria celebrada el 19 de julio de 2006, el Plan Territorial Especial de Ordenación del Sistema Viario del Área Metropolitana, se incluían la Vía Exterior, la Vía de Cornisa y la Vía Litoral, hace 12 años y a día de hoy una frustración más, siendo obras claves para descongestionar la capital y La Laguna. En cambio, estamos cansados de oír hablar del carril bus-vao, que no tiene ni proyecto. La conclusión es que no se ejecuta lo que está aprobado y se sueña con ocurrencias. El cierre del Anillo Insular, tan deseado y clave, para, entre otras cosas, unificar el mercado laboral, es la prueba palpable de la inoperancia absoluta, del querer y no poder, aumentado por el no saber. En comparación, la carretera de La Aldea sin problemas y a toda vela. El puerto de Fonsalía merece un capítulo aparte, desde aquel lejano 1995, donde se estaba en un Estudio de Alternativas para buscar la mejor ubicación en la Isla de un puerto para conectar con La Gomera, La Palma y El Hierro, hasta hoy, donde es un espejismo, cuando tenemos un puerto de Los Cristianos que produce unos atascos viarios, donde se tarda más en conectar con la autopista que el propio viaje realizado, por ejemplo, a la Isla Colombiana. El puerto de Agaete se hace sí o sí. El puerto en la ciudad turística del Puerto de la Cruz, no o no. Hablar de la cochambrosa terminal de pasajeros del aeropuerto Tenerife Sur debería poner la cara colorada a más de algún político insular. Este año hemos superado otro récord, durante el mes de agosto el Sur siguió colapsado, a lo mejor fue por los Cursos de Verano de la Universidad de La Laguna, otro despropósito al intentar culpabilizar a la institución educativa de los fracasos de gestión en movilidad en la Isla. En cuanto a la TF-5, solo decir que en 1994 se nos dijo que la circunvalación a la ciudad de Las Palmas y la remodelación de la autopista del Norte de Tenerife tendrían la misma prioridad, en cuanto a financiación y tiempo de ejecución. 24 años después, la vía de Gran Canaria está a punto de finalizar la cuarta fase y en la de Tenerife solo dos asfaltados en todo este tiempo, teniendo colas kilométricas todos los días. Los hospitales del Norte y del Sur sin terminar, en cambio, el Hospital Negrín a pleno funcionamiento.

Ante esta situación, dramática, no vemos la implantación de soluciones a corto y medio plazo y las que se intentan, rotondas y conexiones, no soportan un lunes laboral. Es la hora de que los políticos, algunos como mínimo, dejen paso a los profesionales y técnicos, que saben enfrentarse a estas situaciones encontrando respuestas oportunas. Porque cuando se deja de ser parte de la solución y se convierte en parte del problema, lo mejor es buscar alternativas y remedios que funcionen.

*Presidente de Fepeco