Tuve ocasión de leer la entrevista hecha al delegado episcopal don Jesús Agüín respecto a la próxima visita de la Patrona a la capital y a la vecina La Laguna; por ella he entresacado algunas opiniones que no coinciden con las manifestadas por los no creyentes o nulos practicantes en materia de su fe hacia la Morenita. Curiosamente quedé gratificado por las palabras que él pronunció recientemente en un funeral por el alma de doña Lola, alma máter de Las Mercedes, y anteriormente niña de los recados de don Leoncio Rodríguez y educada por su hermana doña María; cuyos resultados pude evidenciar en mi trato con ella, por cuanto había sido alimentada e inculcada su afición por la lectura. Aprendizaje que la hizo distinguirse del resto de su familia, no sólo en su forma de expresión, sino en sus conversaciones de buen nivel, recibido, como dije antes, en sus años de aprendizaje bajo la tutela de la familia Rodríguez.

Doña Lola, fue un ejemplo del bien que puede modelar a una persona, cuando se forma en el seno de la lectura. Dotada de una vitalidad inusual -era capaz de trepar por un frutal con casi noventa años- matrimonió dos veces y de su menudo cuerpo alumbró varios hijos en sucesivos partos. El que esto escribe puede dar fe del respeto y el cariño acumulado por sus vecinos de toda la vida, que acudieron en masa a su funeral, abarrotando el espacio de la parroquia de Las Mercedes. Como nota pintoresca, recuerdo su nombramiento, ya octogenaria, de Romera Mayor en una de las últimas celebraciones festivas del lugar, hasta que un día señalado decidió cerrar sus ojos y quedarse dormida para siempre.

Pero dejando a un lado este recuerdo entrañable, retorno a la noticia de una nueva peregrinación de la Sagrada Imagen durante quince días a todos los rincones de la ciudad y la vecina Aguere. Acontecimientos que ha señalado con precisión el cronista oficial, José Manuel Ledesma, haciendo una recopilación de sus peregrinaciones en décadas anteriores más recientes, durante el mandato de los obispos, Domingo Pérez Cáceres, Luis Franco Cascón, Damián Iguacen, Felipe Fernández y Bernardo Álvarez, que tuvieron gran predicamento entre la feligresía, que vivió intensamente estas horas inolvidables con acogimiento multitudinario.

La nueva fecha, escogida para la repetición, tal vez sea una medida del grado de fe participativa de una ciudadanía más formada, que ha trocado sus viejas creencias por otras menos participativas con la doctrina aprendida de nuestros mayores, que evidencian un abandono del culto por una dedicación a la comunicación informática o telefónica, con todas sus luces y sombras aún por dilucidar.

Siendo como he sido, testigo y joven partícipe en actos de inauguración de la nueva basílica, e incluso concursante y ganador de las Jornadas de Exaltación a la Virgen de Candelaria, promovidas por su exalcalde Rodolfo Afonso Hernández, no puedo menos que sentir que la idea gestada de la visita, en medio de este marasmo de indiferencia protagonizado por las nuevas generaciones, viene a ser una reafirmación de la fe religiosa por la Patrona de Canarias, que supo conmover a unos rudos pastores, que desde entonces la convirtieron en su Madre y le otorgaron el trato correspondiente.

Un viento sopla discreto / me aconseja que me vaya / que más polvo en los caminos / reclaman iguales gracias / La bendición cariñosa / de la Reina de Canarias.

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