A principios de mes publicó este mismo medio una noticia muy satisfactoria para todos los que sentimos y amamos la cultura, y en especial la música clásica. La loable iniciativa la patrocina nuestro Cabildo, que preside Carlos Alonso y cuenta con la inestimable colaboración de José Luis Rivero, director insular de Cultura, y con Jorge Cabrera, jefe de Producción Técnica de Auditorio de Tenerife. Se trata de la creación de un taller escenográfico en un almacén de 450m2, con personal muy cualificado que hará realidad la creatividad, fantasía y sueños de escenógrafos, diseñadores y creativos del arte teatral cantado, y que se plasmará por primera vez en las representaciones de "La italiana en Argel", de Rossini, los próximos días, título incluido en una programación digna de los mejores teatros de Europa. Lástima que mi incapacidad parcial de visión ya no me permita asistir y disfrutar de la ópera.

Desde hace muchos años he manifestado y exigido a nuestras autoridades que dedicasen a la cultura más inversión y protagonismo, pues en este sector existen enormes posibilidades de creación de empleo, que aunque pueda ser eventual y ocasional, no dejaría de ser ocupación y por lo tanto más inversión y por consiguiente aumento de la economía. La creación de este taller significa mucho para la productividad en nuestras islas que siempre han sido un hervidero de creatividad. No se donde está la capacidad, inteligencia, o inventiva de nuestros ciudadanos, si es el hábitat, el clima, el paisaje, el azul e intenso Atlántico, o el salitre en la atmósfera, pero sea lo que sea, tenemos más cantantes de ópera por m2 que el resto del mundo, más solistas incluso que en la bella Italia, y lo mismo ocurre con los diseñadores, cuyo ejemplo se plasma cada año en Carnaval.

Esta iniciativa de nuestro Cabildo fructificará y podremos presenciar producciones de gran calidad, con originales escenografías, pero sobre todo ahorrando en un aspecto primordial, el transporte por barco. Utilizarán materiales comprados aquí y personal que reside en la Isla, por lo que el beneficio y el sinfín de posibilidades aumentarán para el beneplácito del espectador. Así que felicito a las autoridades y todos los profesionales técnicos que sacarán adelante este taller de creación.

Sí me gustaría resaltar que la iniciativa no es precisamente innovadora, pues siendo presidente del Cabildo Adán Martín y yo de ATAO, le expuse esta misma idea e incluso manifesté la posibilidad de usar una nave industrial en el Polígono de Güímar propiedad de la entidad, que en aquellos momentos estaba llena de arritrancos y materiales en desuso. Fueron muchas las conversaciones mantenidas y acogidas con gran interés, pero no llegaron a buen fin porque tanto el Auditorio como el recinto ferial estaban sobrados de actividades, y aunque no desecharon la idea, la pospusieron. Estuve varias veces en esa nave y me sorprendió la cantidad de libros, casetes y cedés abandonados, muchos de grabaciones de la OST, e incluso algunos con Alfredo Kraus.

Como estoy hablando de cultura y del primer órgano de gestión pública de la Isla, aprovecho la ocasión para pedir a sus responsables que busquen alguna solución para el Festival de Zarzuela, al que han dejado en una situación de desamparo total. Mientras en la isla de enfrente el Cabildo de Gran Canaria solo da facilidades y ayudas para celebrarlo, en Tenerife se inventaron una convocatoria de subvenciones que fueron denegadas por un comité de expertos, a pesar de la trascendencia y la trayectoria del evento en el tiempo. Es lamentable que ni siquiera permitieran celebrar los 25 años, y si lo que pretendía el Cabildo es quedarse con el Festival, como así ha sido, para mejorarlo, según ellos, bien podían haber llegado a un acuerdo de cesión con un buen arreglo para los abonados. Se quedan con el percal, y al dejar a la Asociación al margen de la subvención solicitada de 25.000 ?, adquiere un déficit descomunal y los consiguientes perjuicios para proveedores y artistas, pero sí asignan todo el dinero del mundo para una única producción de zarzuela en el Auditorio. Con esa adjudicación la Asociación solo arrastraría un pequeño déficit asumible, de nada han valido los esfuerzos y el sacrificio impagable que ni Alonso ni Rivero quieren ayudar a resolver.

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