Hoy en día es más sencillo confrontar que dialogar y se descalifica a quién piensa distinto. Todo es blanco o negro, buenos y malos. Parece que es mejor vivir en la consigna, negar lo evidente, que escuchar a los demás.
Esta semana he escuchado de todo por compartir y manifestar la opinión de los vecinos de Santa Cruz, señalando el deplorable estado en el que se encuentra el terreno y el propio espacio cultural El Tanque, ambos propiedad del Gobierno de Canarias, al cual instaba a tomar una decisión sobre su futuro.
Un espacio gestionado con desidia, con una actividad mínima en unos terrenos abandonados, que no merecen llamarse Bien de Interés Cultural, ni permanecer en medio del barrio de Cabo Llanos.
Me han llamado ignorante, me han atacado por pertenecer al Partido Popular, pero prácticamente nadie, de quienes se dicen defensores de este espacio cultural, se ha ocupado ni un minuto del asunto de fondo después de veinte años de desidia y silencio.
¿Dónde estaban los defensores del tanque en estos veinte años de olvido en los que ni se ha desarrollado el proyecto y en que su uso cultural es algo testimonial?
¿Por qué los que ahora se rasgan las vestiduras no han dicho una sola palabra ni han hecho nada para rescatar el tanque del abandono?
¿Alguien ha escuchado alguna vez a alguno de los dirigentes políticos que presumen tanto de protección del patrimonio romper una lanza o levantar la voz públicamente para acabar con esta vergüenza que está a la vista de todos?
¿Qué pecado he cometido yo al decir que eso, tal y como está, no merece protección y sí dignidad? ¿Es que nadie piensa en los vecinos de Santa Cruz? ¿En el aspecto que ofrece ese recinto a la ciudad?
Al parecer, a los defensores del tanque no les interesa el estado del tanque. Eso sí, que a nadie se le ocurra cuestionarlo y menos si eres del Partido Popular.
Todavía me sigue sorprendiendo la capacidad de tanto bien pensante, que no mueve un dedo ante la evidencia de que el tanque esté abandonado no desde hace años, sino décadas.
Yo no hablo de cultura, hablo de mi ciudad y reclamo públicamente, y estoy en mi derecho, que quienes tienen responsabilidad, reaccionen y actúen para sanear por completo ese entorno.
Yo no cuestiono que el tanque tenga premios y distinciones, al contrario.
Yo hablo de lo evidente, de la basura que se acumula, del vallado vergonzoso, del estado de abandono, del enfado de los vecinos, que a diario pasan al lado y se avergüenzan como yo.
Digan lo que digan, seguiré pensando y diciendo que ese tanque industrial, en el estado indecente en que se encuentra, no es ningún emblema del que los chicharreros podamos presumir, como dice la web del Gobierno de Canarias.
Y fíjense, es muy posible, que con mi denuncia pública, esté ayudando más a recuperar la dignidad de ese entorno que permaneciendo callada. Como otros.

*Primera teniente de alcaldedel PP en el Ayuntamiento deSanta Cruz de Tenerife