Entré en política en el año 2011, sin tener idea de lo que significaría hacerlo, pero sí con las ideas claras, trabajaría por Arafo y sus vecinos, sin hacer distinciones entre ellos por razones de ideologías políticas o por las críticas que recibiera de los mismos.

La legislatura de 2011-2015 fue muy dura, las condiciones económicas que sufría el ayuntamiento y, por ende, el pueblo en general hacían inviable cualquier actuación de realizar mejoras, inversiones, era algo prohibitivo.

Tuvimos que adoptar medidas que a ningún político le hubiera gustado tomar, pero no cabía otra. Nos vimos inmersos en un plan de ajuste para poder llevar a cabo el pago de la deuda, el cual aún está vigente. Subimos los impuestos, actualizamos padrones, realizamos recortes importantes, etc.

Pero el equipo de gobierno de entonces, trabajó sin descanso, buscando soluciones y salidas a los problemas del día a día.

En febrero de 2015 decidí abandonar el partido político con el que había concurrido a las elecciones. Arafo les importaba poco, no aportaban soluciones a los problemas de este municipio, es más, la presión era horrorosa.

Volví a presentarme en 2015 a las elecciones con un partido político nuevo, creado por Arafo, independiente de cualquier ideología política de los habituales. Arafo por encima de todo, sin importar el color del partido.

El resultado de esas elecciones nos volvió a dar el voto de confianza para seguir trabajando por Arafo. Y así lo he hecho, desde mayo de 2011 hasta mayor de 2018, a distancia, sin cobrar sueldo del ayuntamiento, salvo las dietas por asistencia a órganos colegiados.

Por diferentes razones, decidí a partir del 01/06/2018, pedir una excedencia forzosa por cargo público en mi trabajo, en el cual llevaba 23 años desempeñando mis funciones como administrativo. Por ello cobro un sueldo desde el ayuntamiento desde esa fecha. El estar dedicada al 100% ahora al trabajo diario que lleva gestionar el día a día de las áreas que me competen, me permite poder tener el contacto diario con los técnicos de mis áreas para estudiar proyectos, ideas, tomar decisiones sobre la marcha y poder concertar reuniones en las administraciones supramunicipales, para buscar soluciones a las necesidades del municipio.

Desde mi primer día en política, escucho a la gente que se me acerca a comunicarme problemas, quejas, sugerencias, mantengo reuniones y asisto a mesas de trabajo donde nos sentamos a trabajar personas con diferentes ideologías políticas, siendo un ejemplo de ello el trabajo realizado entre todos para que el Reglamento de Participación Ciudadana de Arafo fuera hoy una realidad, aunque todavía queda mucho camino por recorrer.

El día a día en política no es fácil, pero cuando se trabaja por Arafo desde el corazón, las cosas se llevan de otra manera.

No me importa que me digan esto lo están haciendo mal, los escucho y si les puedo explicar el motivo porque se hace se los explico y si tienen razón también se las doy.

Lo único que no me gusta en política es cuando se van acercando las elecciones y algunos se dedican a hacer demagogia y a tergiversar la realidad para buscar rédito político. Así les va.

No pienso vivir de la política, estaré trabajando por Arafo mientras pueda hacerlo y así lo quieran los vecinos de este municipio, si es que decido presentarme a las próximas elecciones. A día de hoy no he decidido lo que voy a hacer.

No todo vale en política, me da mucha vergüenza, cuando representantes políticos en todos los niveles, municipales, insulares, autonómicos y nacionales, pierden el tiempo descalificándose el uno al otro o haciendo otras cosas que no voy a entrar en detalles.

¡¡¡No todo vale en política!!!

*Concejala de Hacienda de Arafo