Dinero, política y medios de comunicación. No estamos libres de pecado. Cada información tiene un precio, y la mafia, tarde o temprano, siempre te la devuelve. La libertad de prensa no solo se enfrenta al poder silenciador de los gobiernos corruptos, sino también a la concentración de importantes medios de comunicación en manos de oligarcas al servicio de sus propios intereses y, por supuesto, del establishment. Ningún continente, ningún país parece escapar al apetito mediático de estos nuevos oligarcas: India, China, Estados Unidos o Europa, tal y como refleja Reporteros sin Fronteras en un completo trabajo sobre "El rostro oculto de los oligarcas", del que se alimenta este artículo. En mayor o menor medida están en lo cierto, pese a que un análisis orientado en esta peligrosa dirección genere en el receptor una idea equivocada de defensa pura y exclusiva del control de medios por parte del Estado, aspecto que no es correcto, más si cabe por el papel necesario y estratégico de las empresas de comunicación. No obstante, en el apartado macro, la tendencia es de alto riesgo para la claridad informativa en un mundo donde la información se vicia desde la cadena de producción. En una obra reciente, el historiador indio Nalin Mehta recordaba que en su país, "la democracia más grande del mundo, existían unos 800 canales de televisión, pero que aquellos que difunden información son propiedad de multimillonarios en la sombra, y que algunos de estos canales se usan para chantajear, a favor de intereses personales, incluso para blanquear dinero, un verdadero golpe de Estado". Muchos son los nombres de magnates que ponen en la cuerda floja el ligero derecho de los ciudadanos a ser informados con veracidad, demostrando así la fuerza del periodismo como hilo conductor del desarrollo social. Entre los mejores amigos del presidente turco Erdogan se encuentran oligarcas como: Ferit F. Sahenk, presidente del poderoso Dogus Group (que controla la televisión NTV); o el multimillonario Turgay Ciner , que dirigen de forma dependiente el NODO de un presidente que sigue persiguiendo sin reparos a los que considera disidentes. Como cuenta RSF, en Rusia, Konstantin Malofeev está a la cabeza del discreto fondo de inversión Tsargrad, "la ciudad de los zares". En mayo de 2015 este hombre de negocios creó un canal de televisión, Tsargrad TV, con el fin de "recristianizar Rusia" y perseguir a homosexuales para purificar la sociedad viciada. Los datos dan la razón: En 1983 unas 50 compañías controlaban 90% de los medios de comunicación estadounidenses; en 2011 no eran más de seis. Grecia es otro ejemplo más de país controlado, desde hace unos cincuenta años, por un puñado de familias. Se trata de industriales (petróleo y construcción), grandes armadores, terratenientes, banqueros y de los principales accionistas de los medios de comunicación del país. Los Vardinoyannis, familia originaria de Creta, controlan el estratégico sector de los hidrocarburos (refinerías, aunque también poseen partes mayoritarias de grandes empresas de distribución); asimismo, son propietarios de la cadena de televisión Star, y estaciones de radio y revistas. Los oligarcas saben a qué se juega.

@luisfeblesc