Hasta ahora, la economía canaria iba a rebufo de la economía española, que tiraba más que la media europea; pero la inestabilidad política actual, que tan sólo genera incertidumbre, junto con el hecho de que Bruselas no haya aprobado las cuentas del Gobierno de Pedro Sánchez, y de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) haya rebajado en unas décimas las proyecciones de nuestro crecimiento económico, ponen en evidencia la falta de instrumentos y medidas que neutralicen estos vaivenes político-económicos que merman nuestro presente inmediato, pero, sobre todo, nuestro futuro.

Hasta ahora, ese viento de cola del que nos beneficiábamos los canarios nos hacía prever un futuro esperanzador; pero nuestro mayor defecto es que dependemos casi exclusivamente de la industria turística; y el peligro de poner todos los huevos en una misma cesta es que, cualquier día, nos quedemos sin huevos y hasta sin cesta. Es necesario diversificar la industria, pensar más en otros sectores, apoyándolos no sólo de palabra sino con inversiones concretas. De hecho, ciertos acontecimientos geopolíticos que han venido sucediendo en la cuenca mediterránea y, sobre todo, en el norte de África, nos favorecieron al recaer sobre Canarias una buena parte del flujo turístico del que nos hemos venido aprovechando durante un tiempo para beneficio de todos.

Pero, según se desprende de lo publicado recientemente por la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife en el Boletín de Situación Económica -patrocinado por CaixaBank-, correspondiente al tercer trimestre de este año, el crecimiento económico se ha moderado, aunque aún no ha afectado a la generación de puestos de trabajo; al menos, por ahora, pero, así mismo, se asegura que el turismo ha comenzado a retroceder debido, precisamente, a la recuperación de los destinos competidores. Y es que ya se sabe que en economía no se puede, ni se debe, dejarse morir de éxito.

Aún así, el turismo sigue tirando de la economía canaria: el sector de hoteles y apartamentos dan trabajo a más de 70.000 personas; 14.600 empleos nuevos en menos de cinco años, más de la mitad, un 56,38%, en Tenerife. De igual modo, la inversión, tanto en reformas de nuevos hoteles como de nueva obra, ha sido algo más de 650 millones de euros en los tres últimos años, cifra que representa nada menos que el 20% de todo lo invertido en España. Canarias ya no es el turismo de sol y playa del que, prácticamente, era imagen nacional e internacional; ahora, gracias a una buena gestión, tanto institucional como privada, el turismo de Canarias se vincula también a la excelencia y a la calidad de su propuesta alojativa, así como a la variedad de su oferta de ocio, cultural y, cómo no, gastronómica.

Y, dado que hace algún tiempo que el sector turístico se ha dado cuenta de la importancia que tiene la gastronomía dentro de sus planes estratégicos, fue capaz de llevar a cabo un plan de difusión de la diversidad, variedad y calidad que tiene la gastronomía canaria, que se ha confirmado con el tiempo en el grado de satisfacción que otorgan los turistas que visitan nuestras islas y prueban nuestros platos más tradicionales.

Pero si hablamos de gastronomía es necesario resaltar el hecho de que Tenerife sea uno de los destinos gastronómicos más importantes del panorama internacional, ya que cuenta con seis estrellas otorgadas por la prestigiosa Guía Michelin, repartidas en cinco restaurantes: dos de ellos ubicados en el famoso resort de lujo The Ritz-Carlton Abama; el primero de ellos, y con dos estrellas, el MB de Martín Berasategui (al cual este año le han otorgado la décima estrella), con el chef vasco, Erlantz Gorostiza, al frente de sus fogones, y que, recientemente, ha conducido con excelente acierto y resultado una serie de documentales titulados "El Chef Viajero", que, patrocinados por el Gobierno de Canarias, pretende difundir los productos más singulares de todas nuestras islas; el segundo restaurante, también ubicado dentro del citado hotel, y con una estrella, es el japonés Kabuki, dirigido por el grancanario David Rivero. En Los Gigantes, se encuentra El Rincón de Juan Carlos, con una estrella, otorgada a los hermanos Padrón, por llevar a cabo una cocina vanguardista pero sin perder sus raíces canarias. El cuarto restaurante premiado con una estrella es el Kazan, de inspiración japonesa, y cuyos platos resumen brillantez e inspiración y donde se nota una muy buena materia prima. Por último tenemos al recién incorporado a esta constelación tinerfeña de estrellas Michelin, el restaurante NUB, ubicado en La Laguna Gran Hotel, una cocina que respeta las raíces y sobre todo el producto.

Pero si es importante alcanzar prestigio y honores en el dificultoso y competitivo mundo de la gastronomía, lo es más seguir manteniéndolo, a la vez que se intenta mejorar y perfeccionar la excelencia gastronómica; no hay que olvidar que la visita de nuestros turistas a restaurantes, bodegones o, en nuestro caso, también a nuestros entrañables guachinches, y saborear nuestros platos típicos es, además, apreciar tradición y cultura; y es justo destacar entre tantas estrellas al maestro hostelero Tomás Galván, que, junto a su esposa Verísima García y a su hijo Víctor, han llevado la cocina tradicional canaria -destacando su espectacular "Costillas con papas guisadas y su mojo verde"- al súmmum de la cocina popular. Por todo ello, el turismo gastronómico tiene mucha importancia en las economías locales, por lo que, en definitiva, potenciar dicha actividad es apostar por un mejor futuro para todos.

macost33@gmail.com