Sin querer citarme a mí mismo como Antonio Alarcó y Oscar Izquierdo, hace ya más de dos meses que escribí que la gran guerra de estas elecciones iban a ser las infraestructuras de Tenerife. Sobre todo las carreteras. Y ya Manolo Domínguez (PP) se desmarcó del pacto que tenía con Carlos Alonso (CC) en torno a este asunto. Realmente Domínguez, el alcalde de Los Realejos, no se separa porque el anillo insular tenga un solo carril según qué tramos. Se separa porque quiere ir de uno por Tenerife al Parlamento de Canarias y en estos momentos es un político con muy poca visibilidad e iniciativas que conozcamos. Necesita algo a lo que aferrarse para subir peldaños aceleradamente y este es el tema, cuál si no. Ayer, el que sí quiere ir al Cabildo por los socialistas, que es Pedro Martín, se apretujaba en una mesa con doscientos mil correligionarios, con el mismo fin y el mismo discurso que el PP.

Y yo pienso que no hay nadie que se pueda sentar en el despacho de Carlos Alonso y solucionar esto con mayor celeridad. Ya empezó el circo político, porque, claro, la gran estafa del PP y el PSOE a los canarios han sido las infraestructuras. Zapatero, hoy amigo del venezolano Maduro, nos metió en la crisis, y Rajoy tuvo que hacer recortes y nos dejó en la cuneta. Durante todo este tiempo nos hemos tenido que jeringar y ahora los culpables vienen con un discurso angelical que culpa al que no tenía potestad (CC) por no tener una red de infraestructuras que es culpa de ellos. Yo no soy de ningún partido, pero esto a mí me huele a caca de la vaca.

@JC_Alberto