Cuando el equipo nacionalista que yace bajo las siglas nacionalistas de CC vio la luz, fue porque el rey de la selva por aquellos años, que era el todopoderoso Paco Ucelay, aburrido en su escaño empezó a sacar cuentas y se le encendió la bombilla. En la Cámara había más nacionalistas que diputados pertenecientes a grupos de carácter nacional como el PP y el PSOE. Por aquel entonces, tan solo pensar en que Antonio González Vieitez u Oswaldo Brito pudieran militar en el mismo partido que el jefe de los empresarios -y qué jefe- era algo quimérico, impensable, de risa. Y tanto fue así que no se sabe con qué mañas Paco Ucelay logró montar CC y descabalgar a Jerónimo Saavedra y un buen PSOE de la poltrona... ATI moría aparentemente como fuerza insular y nacía una fuerza mucho más potente por disparatada que pudiera parecer: Coalición Canaria, el último brazo de las AIC.

La fórmula fue tan magistral como imitada. Tras ella, llegaría la Federación Nacionalista Canaria, un conclave de descontentos con CC que tampoco se comieron ni un solo escaño gracias a la vigente ley electoral. Y eso que obtuvieron más de 40.000 votos.

¿Y qué está pasando ahora? Pues que personajes de lo más variopintos, con una importante vida pública, algunos exiliados de CC tras las últimas elecciones, están teniendo encuentros con Nueva Canarias de Román Rodríguez y todo lo amplio que circunda a esta alternativa. Las agrupaciones socialistas de Casimiro Curbelo cuentan en los cenáculos que jugarían a esta partida. Una locura absoluta, la misma que parió a CC, pero que pasará. Y de ser así, esto sería, al menos, un forúnculo en salva sea la parte de los actuales mandatarios nacionalistas.

@JC_Alberto