Inmersos como estamos en el esprint final de la carrera por finiquitar este año que hemos compartido, conviene resaltar los planes que nuestras corporaciones, Cabildo y consistorio municipal han programado para el año venidero. Año crucial por ser año de elecciones, y por tanto de relevo de rostros y nombres en la dirección de ambos organismos. Por ello me voy a detener en un consejo de alguien que tenía todo mi respeto y que nos dijo adiós con su sentido de la amistad perecedera.

En su proximidad con los cabeza visibles de estos estamentos, se dignó a emitir un consejo que sería el mejor acicate para una repetición en el cargo orgánico. Así que nada de culto a las obras faraónicas, y aquí hago la excepción de nuestro anillo insular, que realmente necesita una acción con carácter urgente, dada su relevancia para el desarrollo de las comunicaciones insulares, siendo por tanto obra prioritaria la apertura del túnel de Erjos, a más de mil metros de altura, para descender y conectar con el Valle de Arriba del municipio de Santiago del Teide, para completar el itinerario previsto del cierre del anillo.

Pero volviendo a las responsabilidades de nuestro consistorio, me consta que existe elaborado un proyecto de obras presupuestadas, relativas al patrimonio histórico existente en la ciudad, que sería un espaldarazo para su propio desarrollo y movilidad urbana. De modo que por este orden cito algunas de las más relevantes.

Comenzando por la plaza de Los Patos, ya ejecutada, queda la rehabilitación de la Casa Siliuto (en convenio con el Cabildo), así como la Casa Mascareño y su transformación programada y presupuestada en seis fases. Luego está también la actuación en el Templo Masónico; la Escuela de Comercio; el cementerio de San Rafael y San Roque (segunda fase); acondicionamiento del Palacio de Carta, la entrada de la ciudad... etc. Y en cuanto a edificaciones militares históricas, están el Castillo de San Andrés; la batería de San Francisco, ya ejecutándose; el área de Viera y Clavijo; reforzamiento de todas las fortificaciones de Santa Cruz; la cubierta de la Recova Vieja, en ejecución, y otras aún pendientes que quedarán para ejercicios posteriores, dada la gran cuantía de los presupuestos aprobados, que serán el acicate para la decisión ciudadana ante las futuras urnas de mayo próximo. Con ellas, y las aún pendientes, tendremos el suficiente argumento como para decidir quiénes tomarán el testigo del relevo administrativo, aunado con las decisiones del Gobierno regional, orientado, como he dicho, para la conservación y rehabilitación de nuestro patrimonio.

He dejado expuesto el proyecto global de nuestro ayuntamiento, cuyo alcalde, José Manuel Bermúdez, ha gestionado para su ejecución más inmediata, unidos a la repercusión que tendrá en la mente de los previsibles votantes, a la hora de decidir por los que administran nuestro futuro, y del que, en cierto modo, nos beneficiamos.

Espero que estas actuaciones, Cabildo y ayuntamiento, para el año venidero, sean comenzadas y visualizadas por el sector crítico, que de forma permanente está siempre azuzando para generar la confusión entre los partidarios habituales. Todo por un cargo orgánico, como los que ahora se generan a nivel nacional, en un inasumible toma y daca dialéctico que simplemente conduce a la nada, o al fondo del precipicio.

Tengamos, pues, unas fiestas placenteras y dejemos las rencillas venideras para señalar los aciertos o errores ajenos, y las nuevas -yo diría que remotas- posibilidades para ejercer con eficacia el relevo ansiado, que espero no suceda a su imagen y semejanza rufianesca.

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