Palabra muy utilizada en estos días transcurridos tras las elecciones en Andalucía. Calificativo con que se obsequia a la formación política VOX, que, imprevistamente por las empresas demoscópicas, menos por la que dirige el señor Michavila, y sobre todo por la entidad pública CIS que dirige el señor Tezanos que le otorgaba 1 escaño, ha alcanzado 12 en aquel Parlamento.

No soy analista político, o politólogo, ni he leído los programas de los partidos que allí competían, como para poder afirmar la anticonstitucionalidad de éste o aquel partido por el contenido de los mismos. Sí creo que, como ciudadano octogenario que observa con preocupación el devenir de España, puedo opinar respecto de aquello que veo y padezco. Y lo hago negro sobre blanco en esta columna que me ofrece EL DÍA desde hace bastantes años.

El contenido de los programas electorales no da derecho alguno al lector de los mismos para tildar de ultraderechista o ultraizquierdista a éste o aquel partido. El "viejo profesor", don Enrique Tierno Galván, ya decía que "los programas electorales son para no cumplirlos". Pues eso. Cuando era más joven y tenía inquietudes por la regeneración política y de la sociedad sí me leía, más bien estudiaba, los programas de mi partido (PSOE) y los de nuestros adversarios. Llegado el tiempo de aplicarlos, unos u otros, venía a hacerse patente aquello que afirmaba el "viejo profesor". Y resultaba que donde se decía "digo" venía a resultar "Diego", o viceversa.

Son los hechos los que dan razón de adjetivar a éste o aquel de una u otra forma. Tras el anuncio de los resultados en Andalucía fue doña Teresa Rodríguez, candidata a la presidencia de la Junta por "Adelante Andalucía" (formación compuesta por Podemos e IU, fundamentalmente), quien hizo un llamamiento a la ocupación de calles y plazas para combatir a la "ultraderecha". Menos mal que no se le ocurrió decir ¡Viva la democracia! Poco después fue don Pablo Manuel Iglesias (Napoleón orwelliano de Podemos) quien llamaba a todo tipo de colectivo a manifestarse en las calles, en un alarde de falta de respeto a la democracia y a la Constitución. Y las manifestaciones se produjeron al día siguiente, con miles de adolescentes echados a la calle y creando disturbios.

Ni todos los 395.978 votantes de VOX, ni todos 584.040 votantes de Adelante Andalucía son ultras, de derecha o de izquierda. Los ultras acaso sean los dirigentes. Y quien tiene demostrado sobradamente ser un ultra anticonstitucional, por sus actos y sus invectivas, es don Pablo Manuel Iglesias. Y desde esta observación echo de menos la actuación de la Fiscalía del Estado para poner coto a tales "llamamientos" por parte de quien es un diputado en el Congreso.