Tratando de lo que ha significado el año 2018 para la cultura de la Isla, en el artículo publicado el pasado 2 de enero me referí a cuatro sociedades o entidades que marcaron ese período programando innumerables actos que han revolucionado ese aspecto tan fundamental para el desarrollo de la Humanidad: Real Casino de Tenerife, TEA (Tenerife Espacio de las Artes), Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife y Fundación CajaCanarias. Pero habría sido injusto terminar el artículo solo con esas referencias, puesto que aunque han sido ellas en gran medida las que encabezan ese desarrollo de la cultura que destaco, ha habido también otras que "se han sumado al carro".

En la parcela musical destaca el papel desempeñado por Ópera de Tenerife, que, según creo, ha sustituido a la antigua ATAO, actividad esta que también están desarrollando los multicines Yelmo y Tenerife mediante la proyección mensual de los grandes éxitos programados en los principales teatros europeos y americanos. Por otro lado, los conciertos de la Orquesta Sinfónica de Tenerife -que parece haber superado los inconvenientes de temporadas anteriores-, así como los protagonizados por corales, conjuntos de todo tipo e intérpretes individuales, apenas han permitido un respiro a sus aficionados. Todos los días, y he dicho todos, hay manifestaciones de ese género, y afortunadamente ya no solo en Santa Cruz y La Laguna, sino en varios pueblos de la Isla.

Si todo lo anterior es bueno para el acervo isleño, ¿qué decir de las exposiciones? Resulta raro el día que no se inaugura alguna, sea de pintura, fotografía o escultura, destacando en este sentido el Círculo de Amistad XII de Enero, el espacio cultural La Recova y el Círculo de Bellas Artes (por favor, no lo dejen morir?), sin olvidar la sala de la MAC y la del Parlamento de Canarias.

Podría seguir de este tenor hasta concluir el espacio que EL DÍA me permite glosando la actitud beneficiosa para la cultura que llevan a cabo otras muchas entidades y sociedades, pero creo preferible -eso pueden hacerlo consultando diariamente los medios de comunicación- insistir en lo necesario -imprescindible, diría yo- que es iniciar en el arte -sea cual sea su manifestación- a nuestros estudiantes. Por lo menos que dediquen a ese aspecto de su formación el 10% del tiempo que están ''enganchados'' a los móviles. Resulta lamentable -pero es lo que hay- escuchar las conversaciones de muchos grupos de jóvenes. Parece que solo les preocupa comunicarse a través de las redes sociales, comentar las vicisitudes de sus artistas favoritos o alardear de sus conquistas femeninas? o masculinas. Si con este fondo de escenario el año que acaba de terminar nos ha proporcionado una cosecha que ha sido tan beneficiosa, ¡cuál sería esta si las autoridades académicas y educativas lograran encauzar a nuestra juventud hacia fines menos mundanos! Sé que es tarea difícil, puesto que vivimos en un mundo donde el consumismo nos marca. La propaganda, el anhelo de lo que otros poseen, el considerar que todo está al alcance de nuestras manos, nos hace prescindir -u olvidar- otros valores que son mucho más importantes en el desarrollo de las relaciones humanas.

Y algo se está haciendo ya en ese sentido; o al menos eso creo. A menudo nos encontramos por las calles de la ciudad largas colas de niños uniformados que se dirigen a los museos o al Auditorio, en un intento de introducirlos en aspectos relacionados con su formación ciudadana. Es una consecuencia, quizá, de aquellas visitas al puerto de Santa Cruz que encabezaba José Manuel Ledesma, actual cronista oficial de la ciudad. El gran papel de la comunidad educativa es marcar camino, y uno de ellos es, sin duda alguna, la formación cultural.