El Consejo de Ministros celebrado el pasado día 30 de noviembre acordó eliminar, como causa de exclusión para poder acceder a cualquier empleo público, como las Fuerzas Armadas, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, padecer el VIH, la diabetes, la celiaquía y la psoriasis.

Esta medida afectará, aproximadamente, a siete millones de personas que hasta ahora, por un simple diagnóstico, ven frustradas sus oportunidades de acceso al empleo público. Así lo manifestó la vicepresidenta del Gobierno en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.

La decisión gubernamental implica que se actualizará el catálogo de las causas médicas de exclusión para ingresar en determinados puestos públicos que hasta ahora impedían su acceso a los mismos.

Según la portavoz del Gobierno, a partir de ahora, no será obstáculo para participar en las convocatorias de empleo público padecer estas enfermedades, ya que el Ejecutivo ha tenido en cuenta los requisitos científico-médicos que avalan que por el simple diagnóstico de estas enfermedades "no se puede discriminar y cerrar el paso a quien quiere acceder a la función pública". Esta decisión afecta especialmente a los diabéticos que en España se estima hay unos 5,5 millones de personas. Asimismo, se calcula que en nuestro país existen 140.000 personas portadoras del VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) y un millón de celíacos. En cuanto a la psoriasis se estima que pueden estar afectados 1,2 millones de personas.

La adopción del acuerdo gubernamental ha suscitado innumerables comentarios y opiniones, expresando la inquietud surgida entre quienes consideran esta medida digna de preocupación y recelo.

Efectivamente. Teniendo en cuenta la operatividad de las FAS, la disponibilidad y actuación en cualquier momento y lugar de todos los efectivos, la participación de los miembros de las unidades en distintos escenarios y situaciones, exige que todos sus componentes, además de una excelente preparación física, unas condiciones sanitarias óptimas para poder hacer frente a cualesquiera situación, ambiente y circunstancias.

Las personas que sufren diabetes tienen que estar sometidas a un control médico para poder sobrellevar esta enfermedad y aunque la diabetes no insulino dependiente suele ser la mas habitual y menos grave, es preciso tratarla. La mayoría de estos enfermos solo necesitan vigilar su dieta para controlarla, lo que exigiría una dieta alimentaria diferente a la que siguen los demás compañeros no diabéticos. En el caso de los diabéticos insulino dependientes, el control, vigilancia, dieta, etc. es mucho más riguroso. Todo lo cual supone una vigilancia exhaustiva para evitar trastornos que en guarnición es posible atender pero en situaciones externas de actuación lo considero problemático.

Los celíacos suelen padecer déficits nutricionales debido a que los nutrientes de los alimentos no se absorben bien. Este suele ser un trastorno que padecen, incluso sin saberlo, muchas personas alérgicas al gluten porque manifiestan pocos síntomas.

La celiaquía requiere una dieta en la que se suprima los alimentos a base de trigo, cebada, centeno. Es decir, la situación requiere que en actuaciones operativas se proporcione a diabéticos y celíacos unas comidas aptas para su enfermedad, lo que ocasionaría problemas logísticos al disponer de una alimentación diferente de la que consume el resto de sus compañeros.

En cuanto al VIH y el sida, conviene aclara que no se trata de la misma afección, ni son sinónimos. El VIH es el virus que causa la infección y afecta al sistema inmunológico, que es el sistema de defensa que protege el organismo. Por su parte el sida es la etapa avanzada de la infección por VIH si no se está en tratamiento. En esta etapa el sistema de defensa está deteriorado y no puede hacer frente a las enfermedades. El sida, pues, es un estado avanzado de la infección causada por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).