Las empresas y los políticos canarios que tienen las ideas claras sobre las relaciones entre las Islas y Marruecos no han perdido de vista lo que sucede en el cercano país africano, aunando criterios, intercambiando experiencias, estudiando y analizando las realidades y expectativas de unos mercados que están ahí próximos y a los que no se les ha prestado la atención debida con beneficios a la vista, no solo económicos, que envuelven a unas relaciones comerciales mutuas. Las apuestas por el éxito de nuestros empresarios han rozado los riesgos en cuanto a seguridad en las inversiones que últimamente se vienen desarrollando en el África Occidental, concretamente en Marruecos. Pero el panorama, poco a poco, ha cambiado por allí.

El que fuera presidente del Gobierno de Canarias Adán Martín acertó plenamente al llamar la atención sobre adjudicar capítulos importantes a estudios exhaustivos que abordasen la conectividad interior y exterior y, asimismo, la política africana. Por lo que respecta al enlace entre las islas occidentales, ya la Demarcación de Costas ha puesto sus conocidas trabas, esta vez al puerto de Fonsalía, sacando a la luz el tremendo cariño que concede a nuestra Isla. Por lo que concierne a la política, se soslayó en Rabat el espinoso asunto de los "territorios del Sur", es decir, la situación del pueblo saharaui. Pero todos los empresarios canarios coinciden en que es absolutamente necesaria la inversión en países africanos. No se trata de impulsar solo el mundo de las exportaciones, sino de continuar en el camino emprendido con la creación de empresas mixtas que contribuyan al estrechamiento de los lazos de amistad.

El hoy presidente canario, Fernando Clavijo, consciente de esta realidad próxima, viajó la pasada semana a Marruecos, acompañado de una importante delegación empresarial, con un fin claro: avivar contactos con el turismo, la pesca o las energías renovables. El presidente destacó los 15 millones de turistas que Canarias recibió en 2018, sin olvidar que Marruecos acogió 12, cifra nada despreciable, muy a tener en cuenta, que recomienda situar las miradas no únicamente en el país alauita, sino en aquellos otros de la cuenca mediterránea. Llamó la atención el presidente canario a los empresarios marroquíes sobre el gran salto conseguido en las Islas con las energías renovables, aportando los datos que confirman que en solo tres años han crecido del 8 al 20% del "mix energético". Canarias posee experiencia probada en este campo. Ahí tenemos en El Hierro Gorona del Viento, central hidroeólica, laboratorio de sostenibilidad, visitado por técnicos de todo el planeta.

Otro dato importante aportado por el presidente es que las importaciones canarias desde Marruecos fueron solo del 0,4% del total de las españolas, mientras que las exportaciones canarias fueron del 0,3%, convirtiendo este escenario en uno de los principales motivos de esta visita a la Federación General de Empresas de Marruecos, que se ha visto multiplicada por una serie de entrevistas entre ambas delegaciones. Así, en estas reuniones, se sentaron las bases para establecer unos contactos periódicos. Más de 70 compañías, canarias y marroquíes, llegaron al acuerdo de desarrollar las distintas oportunidades que se abren para el comercio y las relaciones bilaterales, entre las que se incluyen actos culturales. Para ello, es fundamental la conectividad entre Canarias y Marruecos, ahora mejorada gracias a las compañías Binter y la Royal Air Maroc, aunque reconocieron la imprescindible presencia de la conexión marítima, hoy paralizada por las obras que se llevan a cabo, con demasiada lentitud, en Tarfaya.

Marruecos, con sus 35 millones de habitantes, constituye el mercado más importante del continente vecino. En este país se ha detectado un crecimiento económico sostenido, una cierta estabilidad política, (no en los territorios del Sahara), inversiones de forma notable en grandes infraestructuras y en la construcción de obra pública, así como instalaciones portuarias y aeroportuarias, como en todo tipo de procesos fabriles. Canarias aporta experiencia en energías renovables, conectividad e informática, innovación energética, banca electrónica, derecho de propiedad intelectual, servicios a empresas, aeronáutica, infraestructuras?

En fin, un futuro para Canarias donde la participación en empresas en el exterior puede impulsar que las Islas se conviertan en paso obligado (no como base de la OTAN) para aquellos que viajen desde cualquier punto del África Occidental a Europa, con lo que se revive un viejo anhelo, ahora reactivado por el Gobierno de Canarias, tomando conciencia de lo importante que significa para el Archipiélago formar parte de un potente intercambio comercial del que escribimos, aquí mismo, hace seis años. Sin olvidar la diversificación de la economía que, unida a la increíble, impredecible e inimaginable situación turística, se convierta en un motor necesario que estimule la generación de puestos de trabajo, no soslayando el continuo desaire que los diferentes gobiernos estatales dedican a este territorio afectando de manera grave a la economía.

Por último, hablando de los dineros, ¿no sería más productivo para las Islas incumplir con el techo del gasto? De esta manera, los 600 millones que ahora la consejera Dávila no puede ni tocar, podrían destinarse a Sanidad y Educación, por ejemplo. Las comunidades que no han cumplido con ese "techo" sí pueden hacerlo. Hay que portarse mal.