El XXV Festival de Música de Canarias presenta a partir de mañana en Tenerife a la Orquesta del Teatro Mariinsky de San Petersburgo, que, bajo la dirección del prestigioso maestro Valery Gergiev, interpretará dos programas en la segunda propuesta del ciclo inaugurado el pasado viernes en Santa Cruz y que cumple este año sus Bodas de Plata. La música rusa será el común denominador de los dos conciertos dirigidos por Gergiev, quien viene de recibir en Valencia la medalla de oro del Palau de la Música.

Al frente de la Orquesta del Teatro Mariinsky, el laureado director comparecerá mañana, a las 20:30 horas, en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife para interpretar el "Tercer Concierto para piano y orquesta en Re menor" de Sergei Rachmáninov, con Alexei Volodin como solista, y "La consagración de la primavera", piedra angular de la música contemporánea debida a Igor Stravinsky, quien la estreno el 29 de mayo de 1913, en el Théâtre des Champs-Élysées de París, escenario de un sonoro escándalo que ha pasado a la historia de la música.

En la noche del día siguiente, la orquesta de San Petersburgo se reunirá con su coro titular para protagonizar el estreno en España de "La Pasión de San Juan", de Sofia Gubaidulina, también en el Auditorio de Tenerife.

Las obras que conforman el primer programa son dos hitos musicales del siglo XX, mientras que la pieza religiosa que ocupará íntegramente la segunda velada constituye una cumbre de la espiritualidad moderna.

La audición del lunes permitirá, además, escuchar al primer solista de piano de la presente edición: Alexei Volodin (San Petersburgo, 1977), cuya maestría en el instrumento le ha valido los primeros premios de varios concursos internacionales, entre ellos el exigente Concurso Géza Anda de Zurich en el año 2003, galardón que supuso la proyección internacional de su carrera. Mañana tendrá en sus manos una de las obras más difíciles del repertorio, el Tercer concierto de Rachmáninov.

Ambos conciertos supondrán también el regreso al festival del director moscovita Valery Gergiev, considerado uno de los herederos de la gran tradición interpretativa de la escuela rusa.

Arte frente a la crisis

A su paso por Valencia, el responsable artístico del Teatro Mariinsky de San Petersburgo aseguró esta semana que las crisis económicas se repiten de forma casi cíclica "cada diez años", pero la experiencia enseña que, en el mundo de la música, con "un nivel alto de programación, sales más fuerte de ellas".

Aunque considera que los artistas "no deben meterse en política", Gergiev no escurrió el bulto cuando hubo de pronunciarse ante los recientes sucesos internacionales: "La verdad de las guerras es que no se puede atacar a niños con misiles y tanques", dijo en referencia a los conflictos bélicos en Osetia del Sur o Gaza.

En un encuentro celebrado el pasado viernes en la capital del Turia, el director ruso indicó que una de sus prioridades es promocionar la música contemporánea "aunque no se vendan todas las entradas" de los conciertos programados. A propósito, expresó su voluntad de promover a jóvenes compositores y citó como ejemplo el encargo realizado recientemente a tres autores para que realicen otras tantas óperas a partir de obras de Gogol, coincidiendo con el centenario del nacimiento del escritor, que se celebra este año.

"Es más fácil programar Lucía de Lammermoor que música contemporánea, pero hay que seguir promocionando ésta", recalcó el director ruso, quien alabó la política de construcción de auditorios en España a lo largo de los últimos treinta años.

Sobre los efectos de la crisis, el director ruso (con vinculaciones familiares en Osetia del Norte) recordó que, en el periodo 1988-1992, la Orquesta del Mariinski (Kirov en aquellos años) actuó en Nueva York, Londres y París "en unos momentos en que la Unión Soviética se estaba ahogando" económicamente.

"Si mantienes un nivel alto en la programación, y si el proyecto artístico tiene fuerza, la crisis económica no existe, porque mantienes el apoyo del público y de los patrocinadores. Si bajas el nivel artístico, entonces te come la crisis", aseguró el director.

"Lo importante -concluyó- es construir tu propia reputación, porque luego no pueden decir que no a tus propuestas". Una filosofía que le autoriza a añadir que "de las crisis se sale más fuerte".