Luis León Barreto (Los Llanos de Aridane, 1949) es escritor y periodista. En mayo de 2008 se puso al frente de la Asociación Canaria de Escritores (ACAE) con el objetivo de aglutinar a los escritores canarios y de que las acciones del colectivo trasciendan a la sociedad.

-¿Cuándo se fundó la Asociación Canaria de Escritores (ACAE) y cuáles son sus objetivos?

-La Asociación se creó a comienzos de 2006. Ha tenido dos etapas. Alberto Omar fue el primer director y en mayo de 2008 yo tomé las riendas. Los objetivos de la ACAE son aglutinar a los escritores canarios y propiciar el diálogo entre ellos, para conseguir que sea una estructura regional. De hecho existe un grupo fuerte en Tenerife y otro grupo en Gran Canaria. También hay gente de todas las Islas, junto a un grupo de escritores que residen en Madrid, Barcelona y fuera de las fronteras españolas. En definitiva, lo que la ACAE pretende es trascender las acciones del colectivo de escritores cara a las instituciones y a la sociedad en general.

-¿Considera que los escritores canarios no estaban suficientemente unidos hasta la aparición de la ACAE?

-Los escritores somos una "raza" un poco especial. La escritura es un trabajo muy individual y solitario, por lo que la gente tiende a aislarse. La cuestión del aislamiento en los autores isleños es una circunstancia añadida por el territorio en el que vivimos. El propio escritor suele situarse al margen dado que su labor es la de un observador solitario. En este sentido la ACAE lo que persigue es cambiar esta práctica habitual y constituir una especie de frente común de los escritores del Archipiélago para que se conozcan entre sí y mejorar la presencia del libro isleño en las librerías canarias.

-¿Cuál es la situación del libro canario?

-Una de las circunstancias contra la que tenemos que luchar es que somos una cultura de circuito cerrado, que trasciende poco al exterior. Incluso hay libros que se publican en Tenerife que no llegan a Gran Canaria y viceversa. Los libros canarios están muy poco prestigiados dentro de las propias Islas. Muchas veces dudamos de que la literatura canaria exista y, sin embargo, tiene cinco siglos de vida y una presencia constante a través de los distintos movimientos literarios; incluso, a veces, hemos estado en la vanguardia como ha ocurrido en la Ilustración, con la revista Gaceta de Arte o el fenómeno de la poesía social.

-¿Qué importancia le concede al nacimiento de la revista Insularia?

-Nunca una asociación de escritores había tenido una revista literaria. La revista se marca como objetivo analizar los fenómenos literarios que suceden en Canarias. Creo que ahora se está produciendo un nuevo auge de las letras insulares, en el sentido de que se está publicando mucho. La producción literaria canaria está en torno a los setecientos libros por año. Existe un auge de la novela negra, una aparición de literatura erótica y mucha gente joven trabajando en poesía y narrativa.

-¿A pesar de los nombres de Benito Pérez Galdós o Tomás Morales, la literatura canaria es una gran desconocida entre los propios isleños?

-Por supuesto. Lo achaco a que el nivel cultural del pueblo canario sigue siendo bajo. A lo que se une el bajo nivel de las universidades canarias. Son universidades que no dialogan con la sociedad. La enseñanza cada vez es menos humanista y sigue la estela de la docencia estadounidense, más orientada hacia la tecnología y lo pragmático. En las Islas, los partidos políticos actúan de una manera muy partidista.

-En unas recientes declaraciones suyas denuncia la inexistencia de modelo cultural en Canarias.

-La cultura en el resto del estado español es un elemento muy válido y útil para construir la identidad. Sin embargo, en Canarias existe un modelo cultural "a la venezolana". Digo un modelo venezolano porque no hay una planificación de los recursos que se deben manejar ni de los sectores en los que se tiene que actuar. Se actúa "parcheando" sin crear infraestructuras culturales. Por ejemplo, no se sabe qué hacer con los yacimientos arqueológicos ni con los museos. Se malgasta el dinero sin que haya una visión de conjunto. No se cuidan las bases de la cultura como, por ejemplo, las bibliotecas. Hay un Festival de Música, que sin duda es importante, pero que atrapa una excesiva cantidad del presupuesto de cultura. Se tiende a una cultura pirotécnica y aristocrática, olvidando que hay que construir desde la base.

-¿Por qué dice que el Septenio no son más que fuegos de artificio?

-El Septenio está mal enfocado: de arriba a abajo. Yo fui invitado a la reunión del Septenio en Fuencaliente, celebrada el año pasado, y no acudí porque me pareció que era más de lo mismo: mesas presididas por gente que venía de Madrid y con poca presencia de gente de aquí. No soy independentista, pero creo que hay que situar las cosas en su contexto. Me parece que el Septenio es dilapidar un dinero en fórmulas que ya están muy gastadas.

-En "Las espiritistas de Telde" abordaba el amplio campo de la espiritualidad en el Archipiélago. ¿Por qué cree que fue tan atacada en su momento?

-Porque fue acusada de sacar a la luz la leyenda negra de las Islas. La sociedad canaria no puede dar la espalda a su propia cultura. "Las espiritistas de Telde" muestra la "africaneidad", la "europeidad" y la "americaneidad" del Archipiélago. Somos un pueblo muy mestizo con un sedimento beréber.