Al señor don José Rodríguez Ramírez, defensor a ultranza de la canariedad. Con afecto.
¡Oh! bello Teide querido,
gigante, pétreo vigía,
guardián de nuestras peñas;
abraza la tierra mía.
Qué bonito está mi Teide,
con su alfombra de retama;
con ese Valle de Ucanca,
de basalto y obsidiana.
Son esos Roques de Anaga,
eslabones de mi tierra;
bello es el Roque de Dentro,
bravío el Roque de Fuera.
Muelle Sur que has crecido,
paralelo con Anaga;
tus piedras rompen las olas,
porque son de La Jurada.
La tierra de nuestros guan
[ches,
fue vilmente masacrada,
aún nos quedan vestigios,
de nuestra tierra sagrada.
Fue una raza olvidada,
con menceyes de abolengo;
que algún día será libre,
es la ilusión que sostengo.
Inmersas en el Atlántico,
es un baluarte seguro,
da paso a tres continentes,
Canarias tiene futuro.
Un jardín puso el Supremo,
flotando en el mismo mar;
son siete rosas Canarias...
muy dignas de visitar.
Chicharrito