El escritor peruano Mario Vargas Llosa aseguró ayer que actualmente existe una incertidumbre con respecto al futuro de la literatura en lo que respecta a la introducción del libro electrónico. En este sentido, manifestó su deseo de que el papel y el formato digital convivan, aunque expresó su temor de que "el e-book podría no ser compatible con el rigor y la profundidad de la gran literatura y la vulgarizara". Así lo expresó ayer en la sede central de CajaCanarias el novelista latinoamericano en un encuentro con los medios de comunicación minutos antes de comenzar el diálogo con el periodista Juan Cruz sobre "La condición humana", acto que inaugura el Otoño Cultural de la entidad de ahorro.

Vargas Llosa aseguró que hay incertidumbre sobre el futuro de los formatos literarios, por lo que aseveró que "ojalá el libro electrónico no elimine al papel, ojalá que coexistan y -prosiguió el autor- si en todo caso el e-book se impone creo que el papel no desaparecerá del todo".

A su juicio, lo peor que pudiera pasar "es que el papel fuera relegado a las catacumbas, aunque esta situación también tendría sus ventajas ya que la creación sería más rigurosa, estricta y de mayor perfección formal"; de hecho, el autor de "La casa verde" aseguró que no le disgusta "la idea de un público minoritario que mantendría viva la cultura del libro".

Tras expresar su "pena" por la pérdida de la oportunidad de Madrid de albergar los Juegos Olímpicos de 2016, Vargas Llosa habló sobre la situación actual de crisis y de los crecientes recortes al área de Cultura en los presupuestos del Estado, pues el autor comentó que es uno de los departamentos más castigados por los políticos "al ser el área que menos provecho le pueden sacar".

En su opinión, "la cultura tiene unos efectos profundos, pero generalmente demorados, y no es un área a la que los políticos le pueden sacar un beneficio inmediato". Llosa afirma ver con "mucha preocupación" los recortes presupuestarios que se han realizado a las bibliotecas y a los museos, pues estos espacios culturales "son los pulmones de la sociedad y si se descuidan todo puede empezar a desagregarse alrededor".

En cuanto a la figura del recientemente fallecido escritor canario Rafael Arozarena, Vargas Llosa admitió no haber leído ninguna de sus obras, aunque aseguró que "será una de las cosas que aprenderé en este viaje e incorporaré a mi biblioteca alguna de sus obras".

Tras alabar la trilogía de Stieg Larsson "Millenium" al calificarla como "inmensamente entretenida" y capaz de enganchar a un elevado número de lectores, Vargas Llosa reveló a los periodistas que la novela que más difícil le ha resultado escribir fue "Conversación en La Catedral", a finales de los años 60, y, al mismo tiempo, manifestó su intención de "escribir mucho más". De hecho, adelantó que está trabajando en una novela, que probablemente se llamará "El sueño del celta", basada en un personaje irlandés que vivió a finales del siglo XIX y principios del XX y que estuvo vinculado a la denuncia de las atrocidades de la época del auge del caucho en África y Latinoamérica.

Vargas Llosa, vinculado también al mundo periodístico, aseguró que España vive un problema que padecen todos los países del mundo, al estarse recortando el número de lectores, lo que a su juicio significa "un serio riesgo para la prensa escrita", la cual no puede ser reemplazada por los textos que se difunden a través de las nuevas tecnologías, a los que el autor califica en muchos casos como "superficiales, triviales e irresponsables". "El descenso de lectores es algo que debe preocuparnos y debemos afrontarlo de forma creativa", apostilló el reconocido novelista y ensayista peruano.