"La cumbre del piano español, Ibería, está de enhorabuena. Un nuevo intérprete ha vuelto a llevarla al disco en una versión vibrante y maestra, de hondo calado y pianismo de envergadura". Así se expresa el crítico Justo Romero, que desde las páginas de la revista Scherzo se hace eco de la lectura realizada por el tinerfeño Gustavo Díaz-Jerez de la genial obra de Isaac Albéniz, a juicio de los especialistas una de las mejores de la historia del disco. Justa recompensa para quien, como su compatriota Guillermo González, ha difundido por el mundo los pentagramas del autor de "Merlín". Díaz-Jerez inauguró el pasado viernes la temporada de la Orquesta Sinfónica de Tenerife con su obra "Aranfaybo", evocación sonora del dios de la lluvia invocado por los bimbaches herreños. Su próxima cita con la OST tendrá como marco el Festival de Música de Canarias y como pretexto la Sinfonía Turangalila, de Olivier Messiaen, gran defensor de la música de Albéniz.

¿En qué medida su relación con el piano ha influido en su concepto compositivo?

El piano te da una perspectiva polifónica, textural, de la orquesta que no te proporciona un instrumento monofónico. En mi caso, busco habitualmente el material con ayuda de procesos matemáticos; después llevo ese material al piano y, a partir de ese punto, le doy forma como haría un compositor a la manera tradicional.

Los comentarios sobre su versión de "Iberia", de Albéniz, están siendo entusiastas. Se habla incluso de que se halla entre las mejores grabaciones de la obra, junto a las de Esteban Sánchez, De Larrocha, Orozco o González. ¿Le abruma?

Cada uno trata de dar su propia visión, siempre desde el respeto a la partitura y al compositor. No me abruman esos elogios, sino que me alegran, en la medida de que quedé satisfecho con la grabación y de que ésta refleja mi visión de la obra. Claro que mi interpretación es diferente a la de otros, pero, como decía Dalí, "la personalidad es inevitable". Por otro lado, mi referencia ha sido la edición "urtext" publicada por Guillermo González, a mi juicio la más fiable, cotejada con la edición facsímil, ya que siempre es necesario conocer lo que el compositor escribió de su puño y letra.

¿Qué le debe su "Albéniz" a Guillermo González?

Guillermo González es un referente en el ámbito de la música española y, especialmente, en Albéniz. Interpretativamente lo que a mí me ha aportado es su lectura de la obra ("Iberia") a partir de su propia edición, que encuentro enriquecedora.

Ha llegado a Iberia tras años de estudio, pues hace tiempo reconoció que aún no estaba preparado para un desafío de esta magnitud. ¿Era, pues, una cuestión de madurez interpretativa?

"Iberia" es una obra muy compleja en varios sentidos. Pianísticamente es muy arriesgado interpretarla en vivo, de hecho grandes maestros como Barenboim sólo han interpretado los dos primeros cuadernos (aunque si no ha tocado los otros dos no habrá sido por falta de capacidad, sino por el mucho tiempo y estudio que demandan, incompatible con una agenda tan apretada como la suya). Por lo que a mí respecta, es verdad que lleva conmigo desde siempre: Desde los tiempos del Conservatorio, cuando con apenas catorce años tocaba "El corpus" en Octavo de Piano. Los veinticinco años transcurridos desde entonces han supuesto un largo proceso de maduración. Tener "Iberia" tanto tiempo en los dedos me ha conferido seguridad a la hora de tocarla en público.

¿Cómo ha acogido el público europeo sus interpretaciones, habida cuenta de que algún pianista consagrado como Murray Perahia había difundido la especie de que "Iberia" era "una españolada"?

A la gente le encanta la obra porque es muy colorista, visual, acrobática y llena de efectos, con un sutil colorido que no sólo es típico de España, sino que también enlaza con el impresionismo musical francés. La afirmación de Perahia es una tontería indigna de un músico de su categoría. A quien habla así, como a quien descalifica la música contemporánea, le reto a que me lo demuestre con argumentos. Que lo pruebe. La realidad es que la música para piano de Albéniz es tan buena o mejor que la de Mozart o Beethoven.

En el año en que se conmemora el centenario de la muerte de Albéniz, ¿son los intérpretes los que están defendiendo el pabellón del músico ante la inoperancia del Estado?

Sí. Las instituciones están haciendo poco, sobre todo si se tiene en cuenta la importancia del homenajeado y la calidad de su música, no sólo la pianística. Que yo sepa sólo aquí (en el Festival de Música de Canarias) se ha interpretado su ópera "Henry Clifford". Y me enorgullece decir que ha sido el Gobierno de mi tierra el que ha patrocinado la grabación de "Iberia", editada por la Sociedad Española de Musicología. Pero, al margen de ello, se demuestra una vez más que no valoramos lo propio, un estigma que ya sufrió Albéniz en su tiempo y que siguen padeciendo artistas e investigadores que o bien tiran la toalla o se ven obligados a marchar fuera porque aquí no se reconoce su valía.