Pablo Montenegro (Santa Cruz de Tenerife, 1987) es un actor de veintidós años que busca la consolidación como profesional después de iniciarse a nivel aficionado en su tierra natal. En la actualidad, ultima en Madrid los estudios de Comunicación Audiovisual, con máster en Cine, y los compagina con el que pretende sea su trabajo. Parece ir por buen camino, ya que recientemente ha protagonizado en la sala experimental del teatro Zorrilla de Valladolid la obra de Antonio García Molina "La última mirada del Che Guevara", un monólogo de intensa hora y media. Pablo pretende traer a su Isla la representación y ya hay conversaciones para que el escenario sea el teatro Leal de La Laguna.

En declaraciones a este periódico, Montenegro afirmó que conoció al autor, Tony García, a través de su representante, "de forma casual", y éste pensó en él para encarnar al personaje. "Me había ido a Tenerife a pasar el verano y tenía bastante barba -explica-. Pasé la prueba y me escogieron entre otros aspirantes, alguno famoso a nivel mediático". Pablo recuerda que "les causó sorpresa conocer mi edad porque parecía mucho mayor y el Che tenía 39 años cuando se desarrolla el argumento de la obra".

"La última mirada del Che Guevara" cuenta las horas finales de este personaje histórico, justo antes de fallecer el 9 de octubre de 1967 en La Higuera (Bolivia) bajo las balas de los rangers del país sudamericano. Se estrenó en la sala experimental del teatro Zorilla de Valladolid en tres funciones durante el pasado mes de enero. Recibió muy buenas críticas y en breve se va a producir la presentación en Madrid, donde, según explica Montenegro, "se hará seguro, bien en el teatro Muñoz Seca o en el Arenal. Ya hay, incluso, conversaciones para llevar la obra al teatro Leal".

Montenegro recuerda sus comienzos "en Santa Cruz y en funciones de teatro educativo. Mi intención es dedicarme a las artes escénicas, bien teatro o cine; de momento, estoy en un período de formación para poder afrontar este trabajo a nivel profesional".

Respecto a su interpretación de Ernesto Guevara en el final de su vida, explicó: "Actúo yo sólo y es bastante duro porque al hecho de no tener compañeros que den réplica se une el que, dada la condición del Che en esos momentos finales de su vida, me encuentro durante la función con las manos atadas y con un disparo en la pierna izquierda, además de tener que asimilar la condición de asmático que acompañó a Guevara".

Según la prensa de Valladolid, "La última mirada del Che Guevara refleja una imagen auténtica de los momentos finales de un guerrillero destrozado y derrotado que reconoce no arrepentirse de nada de lo que ha hecho, por lo que unos lo acusaron de asesino y otros de libertador". En este trabajo, el Che reflexiona, en una escena de dolor y sufrimiento, sobre su vida y asegura que él no puede quedar "como un vulgar asesino" porque se considera "demasiado valioso para terminar en la mierda".

Pablo Montenegro aseguró que este proyecto supone "un reto muy grande" y se mostró orgulloso de representar el papel de quien ha pasado a la historia como un icono cultural del siglo XX, además de despertar "toda una opinión" entre la sociedad en una obra dirigida tanto al público joven como a aquellas personas contemporáneas con el guerrillero.

El autor, Antonio García Molina, ha asegurado que decidió contar con un actor desconocido porque lo que quería resaltar era "el personaje y no el intérprete".

Por último, el empresario que dirige el teatro Zorrilla, Enrique Cornejo, también se mostró "interesado" por el Che y señaló que la juventud podrá conocer mejor al personaje a través de esta versión, "que no deja indiferente a nadie".