En la noche se descubre,

y ya en el amanecer

se encuentra, la estrella de luz

que del cielo hubo de caer.

El árbol en su copa

la pudo mantener,

su brillo se desprende en los tallos

y las flores sonríen en miel.

La estrella se ha roto un brazo;

lloraba y no podía entender;

lloraba desconsolada una y otra vez.

Las flores le cantan con amor

y el roció le calma el dolor.

Mañana será otra noche,

la luna con ella habló:

sube otra vez al cielo,

brilla con gran tesón,

brilla, estrella que brilla,

siempre con luz y amor.

Mª Begoña Pestano Díaz

Para Mayfe

Tu saber fue brisa suave

que acarició nuestro pensar,

la brisa que agitó las velas

de nuestra intelectualidad.

Tu hacer trazó las rutas

para a buen puerto llegar;

de eso, maestra querida,

no nos vamos a olvidar.

J. Carrillo