La actriz española Pilar López de Ayala lo tiene claro. Escoge sus papeles en función, no de su visibilidad o importancia, sino de que estén en proyectos que hagan "bien a la cabeza de la gente", y en ese contexto se enmarca el filme de Manoel de Oliveira que defiende estos días en Cannes.

"El extraño caso de Angélica", que se presenta en la sección "Un certain regard" del Festival de Cannes, es una historia poética, muy del estilo del centenario realizador portugués, y en ella López de Ayala tiene un papel básico pero breve. Y, por si fuera poco, mudo.

Pero a la madrileña no le importa la duración de su papel o el que no se trate de una protagonista absoluta.

"No elijo los proyectos por cuánto vas a salir o por el personaje exclusivamente. Me gustan los que hacen bien a la cabeza de la gente, los que me gusta ir a ver", explica López de Ayala en una entrevista con EFE en uno de los múltiples espacios instalados a lo largo del glamuroso paseo de la Croisette.

Vestida de negro, con melena rubia y mucho más guapa que en la pantalla, la joven actriz inscribe en ese esquema la película de Oliveira, una de las "más interesantes" que ha hecho en su ya larga carrera cinematográfica -debutó en 1995-.

"Conocía algunas películas de Oliveira y contienen una honestidad y una verdad muy difíciles de encontrar", explica López de Ayala, que asegura que "cuando te llama Manoel de Oliveira vas con los ojos cerrados, o casi".

López de Ayala es la Angélica del título, una joven que muere súbitamente y que vive en los sueños del fotógrafo que capta las imágenes de su cadáver.

"Es una historia de almas gemelas que se encuentran. Los dos encuentran su igual. Se miran y se reflejan. Es una metáfora, algo abstracto (.....) que no se puede entender como de ahora", explica la actriz, encantada con el resultado y con la posibilidad de defender esta historia en el Festival de Cannes.

Aunque había sido invitada varias veces, es su primera vez en el certamen de la costa azul, porque piensa que a los festivales hay que ir con un propósito, el de defender una película.

Pero reconoce que "Cannes es el sueño de todo actor y una oportunidad para los que están en este negocio" de aumentar el interés por el cine y de que sus historias lleguen al mayor número de gente posible.

Por eso considera un regalo este proyecto con Oliveira, un director para el que sólo tiene halagos.

"Es una gran persona. Tiene luz, Transmite sólo cosas buenas, ganas de estar cerca de él. Es generoso, le gusta compartir. Y además es un icono del cine europeo", recita casi de carrerilla.

Un realizador que es el decano del cine actual y que con 101 años continúa haciendo una película cada año y sigue asombrando al público, como ayer lo hizo en Cannes al recorrer la alfombra roja acompañado de sus actores para presentar su película.

López de Ayala le considera "un poeta que hace cine. Un hombre sabio, que tiene todos los años que tiene el cine. Pasó del blanco y negro al color, del cine mudo al sonoro. Pero es joven, eso se lleva dentro".

El secreto, en su opinión, está en la pasión que el cineasta tiene por el cine y en el hecho de que tenga muchas cosas que contar.

Y tras la buena experiencia con "El extraño caso de Angélica" -el buen ambiente en el rodaje se ve con el cariño que se demuestran López de Ayala y el protagonista, Ricardo Trêpa, que se acerca a saludarla cuando llega al lugar de las entrevistas- la actriz no ha dejado de trabajar.

"Medianeras", del argentino Gustavo Taretto, y "Lope", de la brasileña Andrucha Waddington, en postproducción, y en el futuro cercano otro posible proyecto internacional son sus próximos trabajos. Porque aunque diga que no le importa de dónde vengan los ofrecimientos, parece dispuesta a aprender idiomas y a abrir su carrera fuera de España.