El bajo consumo en relación a la media nacional, la excesiva dependencia de la iniciativa pública, la concentración de la oferta en las dos grandes capitales y el desequilibrio en infraestructura son algunas de las principales conclusiones que, bajo el epígrafe de puntos débiles, se extraen del documento del Diagnóstico del Plan Estratégico del Sector Cultural de Canarias, que fue presentado ayer por la viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias en el Ateneo de La Laguna.

Este informe de 92 folios, resumen de otro de más de 400 páginas, ha sido elaborado con la colaboración de más de trescientos expertos en diferentes áreas relacionadas con la cultura. El resultado de este proceso es el trabajo bautizado como "Retos para la Cultura en Canarias. Análisis Diagnóstico de la realidad cultural", que "identifica las necesidades básicas y los desafíos a los que deberán responder las propuestas estratégicas del Plan".

El sistema cultural isleño también posee otros "puntos débiles" que se traducen en la falta de instrumentos de información y observación cultural que hagan un seguimiento del sector y de su impacto económico. También se aprecia un desequilibrio territorial y una infraestructura insuficiente de equipamientos de proximidad como teatros, salas de conciertos y bibliotecas, realidad que impide organizar circuitos escénicos y musicales de calidad.

Industria débil

Este denso estudio también establece como aspectos negativos para las islas la existencia de una industria cultural débil, salvo algunas excepciones, en la que ha causado mella la crisis actual de las discográficas y las editoriales; y, también, la inexistencia de empresas líderes en el sector que arrastren a las demás.

Esta situación se ve agravada por la poca coordinación e interrelación en el sector, además de por la necesidad de mejorar la profesionalización de los gestores culturales y la poca presencia de la creación emergente e innovadora.

Otros aspectos que determinan la realidad de la cultura en el Archipiélago son la lejanía de los centros de producción debido a su situación geográfica y a la insularidad, además de la insuficiente oferta formativa en el ámbito de las artes y la industria cultural. La concentración de la oferta en las capitales, la inexistencia de circuitos de difusión y exhibición privados, la poca penetración de las nuevas tecnologías, la inexistencia de marcos legislativos sectoriales propios o sin actualizar y la insuficiente proyección exterior derivada de los anteriores puntos son otros factores en contra.

En cambio, los puntos fuertes del sistema son la apuesta decidida por el sector audiovisual como sector estratégico, la existencia de un sistema económico y fiscal favorable, la diversidad cultural y patrimonial, y la concepción de la música como elemento de identidad y su proyección, que registra un alto nivel de actividad.

La existencia de equipamientos públicos de referencia en el ámbito de las artes escénicas, la música y las artes visuales, así como contar con las bases para construir una industria cultural futura con tejidos empresariales emergentes en ámbitos como los mundos editorial, musical y audiovisual, también animan la realidad.

Asimismo, favorecen el sistema canario las potencialidades del sector digital, los agentes estructurales en las artes escénicas, la sección audiovisual o el patrimonio, aspectos a los que se suman el margen de crecimiento de los festivales, además de la riqueza del patrimonio arquitectónico, arqueológico y natural de las Islas.

El diagnóstico de los factores estructurales indica como negativo la dificultad para mantener un equilibrio territorial, los problemas de acceso a la cultura en las periferias y zonas rurales, la virulencia de la crisis en Canarias y su dependencia del turismo, y poseer un mercado interior reducido. También destacan el bajo nivel formativo de la población, la poca vinculación entre la Universidad y la cultura, la escasa relación entre turismo y cultura y el bajo presupuesto municipal dedicado a este área, según la media nacional.

Los "puntos fuertes" que apoyan esta faceta en las islas son su situación estratégica para las relaciones intercontinentales, la identidad que las caracteriza, su consideración como Región Ultraperiférica (RUP) y la diversidad territorial y social.

La integración de lo rural y lo urbano, el crecimiento presupuestario en el área y el avance en la responsabilidad compartida entre el gobierno, los cabildos y los ayuntamientos, además de poseer una estructura universitaria suficiente, entre otros aspectos como las potencialidades que se pueden dar en la creación de una serie de sinergías mutuas entre el turismo y la cultura, ayudarán a conseguir los objetivos perseguidos.

Esta batería de "realidades" servirá ahora para ayudar a establecer una estrategia de actuación que mejore la situación de este amplio sector.

Algunos desequilibrios

Las artes escénicas se caracterizan por una importante dependencia pública y atraer a un público reducido y concentrado en las grandes ciudades de las islas capitalinas. Un 77% de los espacios escénicos estables en las islas son de titularidad oficial. Las artes visuales son un área por estructurar debido a la diversidad de agentes y la ausencia de estructuras y redes que las articulen. Destaca por su excesiva necesidad de dinero público, tener mercado reducido y la ausencia de espacios de creación. La música es un ejemplo de vitalidad, aunque también sufre una alta vinculación económica con las instituciones y tiene un desequilibrio de género en el que se da una elevada atención a la música clásica, además de una debilidad de la industria. La esfera del libro se caracteriza por la poca fortaleza de la industria editorial, la reducida dimensión de la red de bibliotecas y el desequilibrio territorial en la dotación de las mismas. Canarias cuenta con 75 agentes editoriales y la producción media de libros inscritos en ISBN es de 13 en 2008 (30 media nacional) La sección audiovisual, considerada como estratégica, carece de un marco legislativo, no tiene infraestructuras suficientes para la producción, depende mucho del mercado local y es insuficiente el impacto de las potenciales ventajas fiscales que ofrece el REF. El patrimonio también necesita un impulso, ya que posee un marco legal sin actualizar, una escasa planificación y coordinación entre centros, un insuficiente uso de las nuevas tecnologías y tener un patrimonio etnográfico muy frágil.